VIGO, 10 de enero. En una reciente declaración, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha reiterado su posición a favor de la eliminación de los peajes en la autopista AP-9, enfatizando la necesidad de que esta medida se implemente de manera urgente en el tramo que conecta su ciudad con Pontevedra. Sin embargo, Caballero ha dado un paso más al expresar su clara inclinación hacia que sea el gobierno central de España quien asuma la gestión de esta vía. Según sus palabras, “si me preguntan a mí, yo quiero que la gestione España, porque es quien puede pagar; si la gestionara Galicia no podría indemnizar, España sí”.
Las declaraciones de Caballero se produjeron durante una rueda de prensa posterior a una reunión del gobierno local, donde abordó diversos temas de interés ciudadano. El alcalde, con un enfoque directo, subrayó que le resulta “exactamente igual” quién asuma la gestión de la AP-9, siempre y cuando se garantice su gratuidad. “Complejos en eso, ninguno. Que la gestione España, pero que lo haga con gratuidad”, insistió, dejando patente su postura sin rodeos.
El primer edil vigués hizo hincapié en lo que realmente le preocupa como alcalde: que la autopista sea completamente gratuita. Cuestionado sobre la posible transferencia de la AP-9 a la comunidad autonómica, fue claro en su respuesta: “Me es igual; lo que me preocupa es que todo aquello que tiene la Xunta no va, porque no tiene dinero para que vaya”. Este comentario pone de manifiesto su desconfianza en la capacidad de la Xunta para gestionar adecuadamente la infraestructura.
Por si fuera poco, Caballero recordó que las autopistas gestionadas por el gobierno gallego todavía mantienen sus peajes, reiterando que su prioridad sigue siendo que la AP-9 sea gratis y bajo la administración del Estado. “¿La está gestionando mal? No, lo hace bien”, sentenció el alcalde, aunque no dudó en criticar la mala gestión que previó bajo el gobierno de José María Aznar, cuando se prorrogó la concesión hasta 2048, describiéndolo como “una navallada a Galicia”.
Adicionalmente, el alcalde ha instado al presidente de Pontevedra, José Luis Pego, a que comparta su postura sobre la eliminación del peaje que afecta a ambos municipios. Caballero parece decidido a actuar de manera independiente, señalando que “yo actúo como alcalde de Vigo, que cada ayuntamiento haga lo que quiera”, lo que sugiere una clara falta de interés en formar una alianza regional en torno a esta problemática.
En un contexto más amplio, sus declaraciones parecen marcar una distancia con respecto a la postura del PSdeG, que ha respaldado la transferencia de la AP-9 a la comunidad gallega. Esta posición fue expresada recientemente en el Parlamento autonómico, donde el partido apoyó una iniciativa que busca impulsar dicha transferencia, respaldada también por el PP y el BNG. Sin embargo, en junio pasado, la Cámara Baja dio luz verde a una proposición de ley para el traspaso, aunque el PSOE se abstuvo dos días después en una votación crucial que instaba a suprimir los peajes y anular la concesión.
Para añadir un giro más complicado al asunto, el propio ministro de Transportes, Óscar Puente, ha señalado las dificultades jurídicas y económicas que presenta la transferencia de la AP-9, lo que parece enfriar las esperanzas de quienes abogan por esta medida. La combinación de estos factores subraya de manera clara las complejidades que rodean a la gestión de la autopista y la necesidad de un enfoque más sólido y coherente en este tema que afecta a múltiples comunidades gallegas.
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