El juicio por el asesinato a cuchilladas de Soledad, mujer del acusado Valentín A.B, tuvo lugar este lunes en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo. En su declaración, el acusado ha asegurado no recordar nada del día de los hechos y ha manifestado que no estaba vivo, sino muerto en esa fecha.
Valentín ha negado haber sometido a su mujer a malos tratos a lo largo de sus 41 años de matrimonio y ha afirmado que dormía en el sofá porque quería. Además, ha reconocido haberla cogido de la cara pero no para dañarla, sino porque ella no callaba. La relación matrimonial según él, era buena aunque había empeorado desde que se trasladaron a vivir a Mañufe, Gondomar.
El acusado, para quien la acusación solicita una condena de 30 años de prisión por asesinato con las agravantes de parentesco, abuso de superioridad y género, ha confirmado que no recuerda nada de lo que sucedió el 2 de diciembre de 2020, ni las conversaciones telefónicas mantenidas, ni el hecho de haber asestado hasta 21 puñaladas a su mujer, ni habérselo confesado posteriormente al taxista o a los agentes de la Guardia Civil.
En su testimonio, Valentín ha destacado que su mujer le insultaba con frecuencia, y que su convivencia con ella era un infierno porque se enfadaba constantemente por cualquier cosa. A pesar de que ha asegurado no haber apuñalado a Soledad, sí ha caído en varias contradicciones y ha llegado a reconocer que “se le fue la chimenea”.
Su defensa ha solicitado la libre absolución y ha recordado que en los más de 40 años de matrimonio no hubo ni una sola denuncia de la víctima contra su marido. El defensor ha señalado que lo que hay que preguntarse es cómo se llegó a este extremo y ha afirmado que este caso no debe considerarse violencia de género sino una “situación límite”. Además, ha destacado que Valentín intentó suicidarse en varias ocasiones.
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