La situación en la provincia de Ourense ha alcanzado un punto de normalidad tras la extinción del devastador incendio forestal en Vilardevós, que culminó este viernes después de una semana de esfuerzo continuo. Desde su inicio el 1 de agosto, el fuego arrasó 578,7 hectáreas, convirtiéndose en el más significativo del año en Galicia y despertando la preocupación de los ciudadanos.

La Consellería do Medio Rural confirmó la extinción completa del fuego a las 12:24 del 8 de agosto, señalando que, de las hectáreas quemadas, 519,62 correspondían a monte raso y 59,08 a áreas de arbolado. La magnitud de este desastre ha llevado a que se tomen medidas de emergencia muy serias.

Durante la noche del pasado domingo, se activó la Situación 2, una categoría que indica el alto riesgo para las viviendas en la zona afectada. La lucha contra el fuego fue muy intensa, involucrando 12 aviones, 12 helicópteros, 64 motobombas y un total de 98 brigadas, además de la destacada participación de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que se sumó a los esfuerzos para controlar la situación.

En cuanto a otros focos de incendio, el que se originó en A Fonsagrada, Lugo, sigue activo y descontrolado, habiendo consumido ya 120 hectáreas en la parroquia de Monteseiro. En cambio, el incendio en la parroquia de Cereixido se ha controlado, aunque ha dejado 20 hectáreas quemadas.

Asimismo, hay otros incendios en Galicia que, aunque no han alcanzado la magnitud de Vilardevós, están bajo control. Estos incluyen el fuego en Salceda de Caselas (80 hectáreas), As Neves (50 hectáreas) y Camariñas (50 hectáreas), entre otros, todos ellos distribuidos en diferentes parroquias de las provincias de Pontevedra y A Coruña, poniendo de relieve la continua amenaza que representan los incendios forestales en la región.