En Ribadeo, se ha encontrado un hueso a diez metros de profundidad que representa el "único testimonio material" del pasado ballenero de la villa.
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 3 Sep.
El Grupo de Trabajo Orca Ibérica (Gtoa) ha identificado a cuatro orcas que se adentraron el lunes en la ría de Arousa. Estas forman parte de la familia que ha estado viajando hacia las costas gallegas desde el estrecho de Gibraltar en las últimas semanas.
Según ha informado el biólogo del Cemma, Alfredo López, se trata de la conocida como 'abuela Toñi', la matriarca del grupo; un macho llamado 'Pingu'; y dos hembras llamadas 'Gnomo' y 'Gladis Estrela'.
Además, se han logrado tomar fotografías de estos ejemplares gracias a la presencia de la ornitóloga Kari Korhonen a bordo del barco 'Chasula' durante un programa de observación de aves marinas en el momento del avistamiento.
Alfredo López ha señalado que recibieron varios avisos de avistamientos e interacciones con los cetáceos a lo largo de ese lunes.
López ha mencionado que las interacciones con embarcaciones de la zona podrían haber sido causadas por otros ejemplares dispersos del grupo y no necesariamente por las cuatro orcas ya identificadas. Se recuerda que cuando se vio por última vez a esta familia en Portugal había entre 12 y 15 ejemplares.
Por otro lado, se ha confirmado el varamiento de un calderón común en la costa de A Mariña, específicamente en Cervo, el cual fue avistado este lunes.
El biólogo del Cemma lamentó que el lugar del varamiento sea prácticamente inaccesible, lo que dificulta el análisis del ejemplar encontrado.
El calderón común pertenece a la familia de los delfines y se caracteriza por tener la cabeza redondeada y ser un animal grande, con los machos pudiendo llegar a medir seis metros de longitud.
En A Mariña, miembros del Proyecto Argos descubrieron una escápula de ballena vasca a 10 metros de profundidad, lo que ha generado interés debido a su posible antigüedad según estudios preliminares de arqueólogos.
El arqueólogo del Proyecto Argos, David Fernández, confirmó que este hallazgo es el "único testimonio material" de la antigua caza de ballenas en la ría, cerca de puertos balleneros como el de Tapia de Casariego o Rinlo.
A pesar de haber encontrado el hueso a principios de año, se notificó primero el hallazgo a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta antes de dar a conocer este descubrimiento de gran valor.
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