Crónica Galicia.

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Down Galicia exige a los políticos medidas concretas para la inclusión de personas con discapacidad.

Down Galicia exige a los políticos medidas concretas para la inclusión de personas con discapacidad.

Con motivo de la conmemoración el día 21 de su Día Mundial, destacan los avances pero admiten que la situación aún es "dura".

A CORUÑA, 17 Mar.

El 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, una jornada de reivindicación para el colectivo que advierte que faltan recursos para avanzar hacia una inclusión real, pero, sobre todo, "voluntad" política. "Creer en ello", resume, en declaraciones a Europa Press, el presidente de la Federación Down Galicia, Delmiro Prieto, que apela, además, a educar en valores.

Esta Federación se fundó en 1998 con el objetivo de canalizar las demandas del colectivo y agrupar a las entidades existentes de cara a tener una única voz. En estos momentos, prestan servicio a casi 800 usuarias y usuarios con el objetivo de dar una atención durante todo el ciclo vital y promocionar la autonomía personal.

Lo hacen desde la infancia pero también en la etapa adulta de cara a conseguir su integración laboral, con la figura de un preparador, que les acompaña cuando logran empleo en una empresa, buscando dar apoyo gradual en actividades de vida independiente con pisos que tienen algunas entidades o con la gestión del dinero de cara al funcionamiento en el "día a día".

Sobre la situación actual, el presidente de la Federación Down Galicia, Delmiro Prieto, afirma que, para conseguir el objetivo de avanzar hacia la igualdad, lo primero "es creer en ello y asumir el compromiso y, si esto se diera, los recursos vendrían por añadidura".

Y es que incide en que para las personas con síndrome de Down la situación "sigue siendo dura". "Poco a poco se va haciendo camino pero cuesta mucho", asevera al incidir en la necesidad de un compromiso, "sobre todo institucional".

En el ámbito educativo, sostiene que, según los datos que aporta la Xunta sobre inclusión educativa, se está "en la Champions League y no es cierto". "Inclusión es cuando desde un centro de educación especial, segregado, se va un día a la piscina pública", pregunta.

"Que esté en un centro de educación ordinaria no quiere decir que esté incluido, formara parte del grupo, pero no está incluido porque no tiene los apoyos para su formación ni forma parte del aula en toda su extensión como tendría que ser", sentencia.

"Esto es fundamental para que luego venga el empleo, la inclusión social, la atención en la diversidad", expone. "Tenemos que tener dotación suficiente en recursos físicos, económicos y humanos en la educación ordinaria para que se pueda hablar de inclusión", señala para incidir en que en Italia a partir de 1977 desapareció la educación especial, "y ahí si hay educación inclusiva" y en Portugal en 1998.

Al respecto, precisa que hoy en día existe la posibilidad de escolarizar en un centro ordinario, aunque aclara que "otra cosa es con qué apoyos para que su desarrollo sea el adecuado, todo depende de la voluntad que tenga un docente y, conforme va creciendo, es muy fácil que desde el propio centro te recomendasen otro".

En el caso del rural, - la Federación tiene presencia en 128 ayuntamientos gallegos -- afirma que si hay "un profesor proactivo" lejos de ser negativo favorece el citado entorno. "No porque la institución académica lo fomente", lamenta.

Además, explica que las ayudas a material escolar están garantizadas en centros segregados, "pero si lo llevo a la ordinaria puedo tener derecho a cero euros por los condicionantes", explica sobre los requisitos que se exigen y que ha motivado que la Federación llevase esta cuestión a los tribunales.

En cuanto al ámbito laboral, destaca el "compromiso claro" en el ámbito empresarial. "Eso es un camino imparable" y, aunque en el sector público resalta el que se destine desde hace unos años un cupo de plazas para personas con discapacidad intelectual, apunta que en la administración pública queda por avanzar.

Con todo, asegura que en la empresa ordinaria está un cinco por ciento de las personas con síndrome de Down que pueden trabajar. El resto lo hace en centros ocupacionales o especiales.

Por otra parte, aclara que las expectativas de vida de este colectivo era hasta hace poco los 50 años y ahora superan los 65 años. "Eso nos permite establecer protocolos de actuación", señala de cara a la posible incidencia de casos de alzheimer, con cierta prevalencia en este colectivo.

Respecto a la posibilidad de que vivan de forma independiente, asegura que están en el comienzo. "Hay casos en lo que se le dio la formación y hay casos iniciándose, pero eso estamos echando los cimientos".

Además, el presidente de la Federación Down Galicia incide en la importancia de una socialización en conjunto. "No es menor la importancia que tiene para el alumando convivir con personas que tengan una causística muy concreta", asevera citando, como ejemplo, la edad escolar y los beneficios para los y las menores con síndrome de Down, pero también para los demás.

Por su parte, en un testimonio recabado también, Patricia Serantes, que es madre de Luis, un joven con síndrome de Down, y es también la presidenta de Teima Down Ferrol, afirma que es "evidente que ha habido avances en relación a la situación de las personas con síndrome de Down desde la creación de las entidades".

"Pero se siguen necesitando políticas para la inclusión". "En los últimos años se ha notado que todo el mundo tiene claro que las personas con síndrome de Down tienen sus derechos y la posibilidad de ejercerlos en entornos ordinarios". No obstante, añade que se necesita "que se legisle para y por la inclusión ya que la falta de legislación en este sentido provoca un vacío legal que no evita la derivación a entornos protegidos y recursos específicos".