• viernes 24 de marzo del 2023
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El delito de la pequeña de Muimenta regresa a los tribunales con la reiteración del juicio contra la madre, Ana Sandamil

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La sentencia fue cancelada por el hecho de que el veredicto del jurado no se encontraba suficientemente animado sobre el nivel de imputabilidad de la acusada

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 25 Feb.

Un año tras ser sentenciada a prisión persistente revisable, Ana Sandamil volverá este lunes a sentarse sobre el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Lugo para ser juzgada por la desaparición de su hija de siete años, Desiré Leal, ocurrido el 3 de mayo de 2019 en Muimenta --Cospeito (Lugo)--.

Este lunes comienza en los juzgados de la ciudad más importante luguesa la reiteración del juicio contra Sandamil, cuya defensa logró que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) anulase la sentencia que la condenó a prisión persistente revisable al comprender que el veredicto del juzgado habitual no se encontraba suficientemente animado.

La resolución del Alto Tribunal gallego se causó el 21 de noviembre del pasado año, diez meses tras el final del juicio festejado entre el 7 y el 15 de febrero. Ese día, el jurado habitual emitió el veredicto por el que el 28 de febrero la audiencia condenó a la madre de Desiré a prisión persistente revisable, pena que pedían tanto Fiscalía como el padre de la pequeña como acusación especial y la Fundación Amigos de Galicia, personada como acusación habitual.

Desirée Leal, que tenía 7 años en el instante de su muerte, fue hallada sin vida en casa de su madre, situada en Muimenta, ciudad del ayuntamiento lugués de Cospeito, el 3 de mayo de 2019.

Casi 4 años después, la situacion vuelve a los tribunales, donde hace un año se vivieron instantes de tensión entre los familiares de la pequeña y la acusada. Una vez configurada la composición del jurado, la comparecencia de Sandamil va a abrir una vista que se extenderá a lo largo de seis jornadas, entre el 27 de febrero y el 6 de marzo. Para intentar aclarar lo sucedido, por la salón transitarán, aparte de la acusada, 22 presentes, 21 peritos, 16 agentes de la Guardia Civil que formaron parte de la investigación y tres facultativos.

La situación siquiátrica de Ana Sandamil, diagnosticada con un trastorno psicótico, volverá a estar en el centro a lo largo de la reiteración del juicio como lo estuvo un año atrás. Y es que la carencia de motivación en el veredicto del jurado sobre la determinación del nivel de imputabilidad de la acusada fue la causa por la cual el TSXG ordenó la devolución de la causa a la Audiencia Provincial de Lugo para la celebración de un nuevo juicio con diferente tribunal.

Durante el primer juicio, Sandamil, que debió ser escoltada por un enorme despliegue judicial a su llegada a los juzgadas tras vivirse instantes de tensión a lo largo de la primera día, aseguró no rememorar nada de lo sucedido en la noche del 3 de mayo de 2019.

"Yo sentía ruidos a la noche, me pasé una semana entera sin reposar oyendo ruidos en la cabeza", explicó frente al tribunal, al que asimismo relató que había dejado un curso para desempleados que había iniciado pues sentía "que la observaban" y que los compañeros le estaban "echando sustancia en el café", tal como que "oía ruidos" a la noche y que la "espiaban" por el teléfono.

En la resolución que estimó el recurso de apelación de la defensa de la condenda, los jueces concluyeron que el nivel de imputabilidad de Sandamil es "el auténtico caballo de guerra de la causa", puesto que, "ajeno de ciertas situaciones, de todo punto inocuas", la acusada dio muerte a su hija.

Según el Ministerio Público, la acusada urdió un "macabro plan" alentada por la concesión de la custodia de la pequeña al padre, José Manuel Leal, quien debía agarrar en la mañana del delito a Desiré. Fiscalía mantiene en su escrito de acusación que la madre proveyó a la pequeña, antes del 2 de mayo y en una fecha indeterminada, un "fuerte fármaco" llamado 'trazodona', con la intención de adormecerla para terminar con su historia. Sin embargo, manifiesta, no logró "que la menor tomara la cantidad que ella requería".

En la madrugada del 2 al 3 de mayo, sigue el Fiscal, mientras que la pequeña dormía en exactamente la misma cama que ella, la madre "la agarró con sus manos por los dos lados del cuello, con suma crueldad, para asfixiarla". Del mismo modo, presionó "con su fuerza la boca y la nariz de la pequeña, hasta conseguir que dejara de respirar".

La pequeña, según la investigación, "llegó a despertarse y trató de defenderse", si bien sin conseguirlo. Falleció por asfixia mecánica y oclusión de los agujeros respiratorios. La acusada fué diagnosticada de un trastorno de la personalidad de tipo mixto y de un trastorno psicótico no orgánico no concretado, que ha podido "perjudicar de forma parcial" a sus habilidades a lo largo de los hechos.

Además del propio relato de la acusada, el padre de la pequeña aseguró a lo largo del juicio que jamás había percibido hábitos extraños en su expareja, a la que llegó a calificar de "monstruo". "Jamás aprecié nada. Estando conmigo seguramente no, y sin estar conmigo, que me va a llegar a los oídos, tampoco", respondió, más allá de que ha reconocido que charlaba con ella "lo mínimo indispensable".

Por su parte, el médico que examinó a la acusada por un supuesto intento de suicidio horas tras encontrarse el cadáver de su hija en su cama aseguró en la visión que Sandamil se encontraba "apacible, distendida" y con "conciencia plena". "No tenía ninguna perturbación en ese instante", ha resaltó el facultativo.

Durante la visión asimismo fue analizado el historial médico de la procesada, en el que no figuraba ninguna referencia a teóricos capítulos surrealistas, de persecución o de confusión de personas de antemano al delito, más allá de que ella misma contó después a diferentes facultativos que llevaba meses tolerando un "cuadro psicótico" que, según la psiquiatra que la trató a lo largo de su ingreso en el Hospital de Lugo, ha podido ser el origen de los hechos.

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