Siguiendo la tradición de llevar flores a los cementerios en recuerdo a los fallecidos, varias floristerías gallegas están recibiendo un alto número de pedidos para el Día de Todos los Santos. Aunque algunas personas optan por las flores tradicionales como claveles, crisantemos o dalias, otros prefieren variedades más diversas o arreglos especiales como ramos, centros o jardineras.

Tania Alonso, socia de Floristería Calo en A Coruña, afirma que la tradición sigue muy presente y que se mantiene el mismo ritmo de pedidos año tras año. Lo mismo ocurre en las floristerías Arume en Lugo, Santa Mariña en Ourense y Malopa en Cangas, donde los clientes mantienen el mismo estilo de encargos.

Es importante destacar que muchas floristerías, como Viveiro, recomiendan realizar los pedidos con antelación para tener las flores disponibles en el establecimiento. Entre las flores más solicitadas se encuentran también las rosas.

Por otro lado, Marisol Rey de la floristería Santa Mariña en Ourense señala que, aunque en algunos casos las personas reducen el número de flores para ahorrar, en general la demanda se ha mantenido e incluso ha aumentado en comparación con otros años.

El Día de Todos los Santos es una festividad en la que se recuerda a los fallecidos y suele ser celebrada por personas mayores, pero también se está transmitiendo de padres a hijos. Sin embargo, en algunos establecimientos se apunta a un cambio cultural, como en el caso de Teresa Vázquez, dueña de la floristería Marga en A Coruña, que menciona que ha habido menos pedidos desde que se introdujo la incineración y que la pandemia ha llevado a más personas a esperar hasta último momento para realizar sus encargos. Según Vázquez, este cambio cultural ha disminuido la tradición de llevar flores en estas fechas.