La Editorial Galaxia ha comunicado que, luego de la reunión celebrada este viernes, su consejo de administración ha aceptado la renuncia del director general Francisco Castro, a quien agradece por sus servicios prestados "a lo largo de los últimos años".
Castro había anunciado públicamente el lunes pasado su decisión de renunciar. Expresó que tomó esta decisión debido a la falta de apoyo "reiterada" de la editorial a su trabajo luego de las críticas realizadas por el escritor Alberto Ramos en una entrevista concedida a Praza Pública, donde denunció el proceso personal de edición y criticó algunos aspectos de la gestión y organización de la empresa.
"No tiene sentido seguir al frente de una empresa que decide conscientemente no defender mi imagen impecable hasta ahora, mi gran prestigio y, sobre todo, la honradez y dignidad del trabajo de los demás empleados, que han sido cuestionados públicamente", afirmó Castro.
En su declaración, Castro también se refirió a los órganos de gestión de la editorial. "Mi conciencia me impide representar en un cargo de alta dirección a una empresa que, en múltiples ocasiones, especialmente en los últimos días, ha criticado aspectos vinculados a mi faceta artística, mi vida personal y mis actividades privadas", dijo.
Para concluir, el ex director general reivindicó los orígenes de la editorial, fundada por "luchadores antifascistas que creían que la cultura podía ser una poderosa arma contra el totalitarismo". "Si se olvidan y se cuestionan esos valores desde el corazón mismo de la empresa, no tiene sentido mantenerme al frente", señaló.
La renuncia de Francisco Castro llega después de varias semanas de polémica, específicamente en las redes sociales, y tras las declaraciones del escritor Alberto Ramos en una entrevista concedida a Praza Pública por la publicación de su libro 'Os corpos dos Romanov' (editado por Galaxia), donde denunció su proceso de edición y opinó sobre algunos aspectos de la gestión de la empresa cultural.
Entre los obstáculos mencionados por Ramos en la entrevista se encontraban la presión para cambiar el título del libro y el "proceso fatigoso" que tuvo que superar para obtener un contrato editorial, incluso cuando el libro ya había sido publicado y estaba en circulación.
A raíz de estas declaraciones y en medio de intercambios de acusaciones, aumentaron en las redes sociales las críticas de otras personas relacionadas con el mundo cultural con respecto a la gestión y organización de Galaxia y, más específicamente, a su director general.
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