La reciente temporada de otoño en Galicia ha superado todos los pronósticos climáticos, arrojando resultados que podrían llevar a la reflexión sobre las tendencias ambientales en nuestra región. La temperatura media registrada alcanzó los 15,8 grados, lo que se traduce en un notable incremento de 1,4 grados en comparación con lo que normalmente se esperaría en esta época del año.
En un informe presentado por MeteoGalicia, se destaca que el periodo comprendido entre septiembre y noviembre ha sido particularmente cálido y húmedo. Este análisis se basa en los datos obtenidos de 11 de las estaciones meteorológicas más representativas de la comunidad, lo que refuerza la validez de estos hallazgos.
De acuerdo a las explicaciones proporcionadas por la Xunta, la calidez de este otoño se atribuye principalmente a las elevadas temperaturas mínimas observadas en los meses de octubre y noviembre. Las cifras indican que la anomalía promedio de la temperatura mínima alcanzó los 1,9 grados, mientras que la correspondiente a la máxima fue de 0,8 grados.
Un análisis más detallado revela que septiembre, a pesar de ser parte del otoño climatológico, presentó un comportamiento inusual, con una temperatura media de 17,1 grados, cifra que representa un grado por debajo de lo normal para este mes. Sin embargo, octubre se destacó como uno de los meses más cálidos, con una media de 16,2 grados, lo que implica un exceso de 1,7 grados en relación a sus promedios históricos. Noviembre, por su parte, se ha calificado como un mes ‘extravagante cálido’ al registrar una anomalía de 3,3 grados y una temperatura media de 14,2 grados, estableciendo un nuevo récord desde que existen registros.
En términos de precipitaciones, Galicia ha experimentado un otoño notablemente húmedo. La medición de lluvias acumuladas en 16 estaciones meteorológicas alcanzó un promedio de 489 litros por metro cuadrado, marcando un incremento del 18% respecto a la norma habitual. Este aumento en las lluvias, que superó lo esperado, se debió en gran parte a las condiciones extremadamente húmedas de septiembre y octubre, donde las precipitaciones se dispararon un 62% y un 53% respectivamente, respecto a lo que se preveía.
Este incremento de lluvias en octubre, especialmente, fue resultado de la influencia de ríos atmosféricos y de los efectos remanentes del huracán 'Kirk', que provocaron episodios de lluvia extraordinariamente intensa. Sin embargo, es importante señalar que noviembre presentó una notable contradicción, con apenas 115 litros por metro cuadrado, lo que equivale a un 35% menos de lo que se considera normal, convirtiéndolo en un mes anormalmente seco en comparación con los anteriores.
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