Un gran número de profesores se ha congregado este martes en Santiago de Compostela, donde han tomado las calles para expresar su desacuerdo con la gestión educativa de la Xunta. Armados con calabazas como símbolo del "suspenso" que, según ellos, merece la administración en este ámbito, y haciendo sonar silbatos y cacerolas, el sector docente ha dejado claro su descontento.

En una declaración a la prensa antes del inicio de la protesta, Laura Arroxo, secretaria nacional de la CIG-Ensino, subrayó que la situación ha dejado de ser simplemente una lucha por los derechos para convertirse en una cuestión de dignidad. Hizo un llamado urgente a la Consellería de Educación para que favoreciera al profesorado y cesara la inversión en empresas privadas, canalizando recursos hacia lo público.

"Demandamos una educación pública que sea dinámica, de calidad, en gallego e integradora", enfatizó Arroxo. Comba Campoy, secretaria de Acción Sindical del STEG, también se unió a las voces críticas, afirmando que no hay otra salida para los docentes que salir a manifestarse hasta que el Conselleiro Román Rodríguez escuche sus demandas.

La manifestación, impulsada por los sindicatos CIG y STEG, comenzó alrededor del mediodía. Tras una hora, los asistentes continuaban rodeando la sede de la Xunta, sosteniendo pancartas con mensajes como 'Conselleiro dimisión' y 'A mestra neutral está ao servizo do mal', entre otros lemas que reflejaban su descontento.

Los participantes llenaron el aire con cánticos en los que exigían la dimisión de Román, insistiendo en que la educación no debe ser un negocio, sino un derecho a defender. Algunos manifestantes incluso se hicieron notar de formas creativas, llevando calabazas de cartón en la cabeza con las palabras 'Rueda' y 'Román' escritas en ellas.

Coincidiendo con la celebración de 'Samaín', Arroxo hizo hincapié en que esta festividad representa la conexión entre los mundos de los vivos y los muertos, y criticó al Partido Popular por su enfoque en una educación que, según ella, condena a la enseñanza pública a la ineficacia.

"Hoy estamos aquí, docentes, alumnos y familias, para afirmar que la educación pública está más viva que nunca y que seguiremos luchando por su calidad", defendió la dirigente sindical.

Los manifestantes, con calabazas en mano, simbolizaban el "suspenso" a la Consellería, cuestionando especialmente la falta de atención a la diversidad educativa y la sobrecarga que enfrentan los orientadores, quienes deben atender a más de 500 estudiantes cada uno.

Al finalizar su recorrido, los docentes se unieron a una protesta organizada por el Sindicato de Estudiantes, que también luchaba contra el acoso escolar, en un gesto de solidaridad que elevó el clamor por una enseñanza pública de calidad.

Este día también marcó el inicio de dos jornadas de huelga convocadas por los sindicatos CIG y STEG, que aglutinan a miles de docentes desde la educación infantil hasta el Bachillerato, abarcando también Formación Profesional y otros programas educativos.

Se estima que más de 30,000 educadores participan en la huelga, representando aproximadamente a 400,000 estudiantes cuando se incluyen las enseñanzas de régimen especial. Entre sus principales demandas se encuentran la reducción de las ratios de alumnos en todas las etapas educativas para el curso 2026-2027, la recuperación del horario lectivo perdido y un fin a las discriminaciones horarias en el ámbito educativo.

Los sindicatos también exigen medidas que aseguren una atención adecuada a la diversidad del alumnado, un plan que reduzca la burocracia y la mejora en las condiciones salariales, así como un ajuste en la jornada laboral a partir de los 55 años.

Este martes, los organizadores de la huelga llevarán a cabo una marcha bajo el lema 'Viramos San Caetano', buscando un cambio en las políticas de la Xunta, mientras que el miércoles están previstas más manifestaciones hacia las Delegaciones provinciales de la Consellería.