El hermano del reponedor fallecido señala que en el entierro una vieja novia de Esteban ha dicho "en el final te mató este hijo puta"
LUGO, 7 Feb.
Uno de los toxicómanos que en teoría incriminó al único acusado del doble delito del Cash Record de O Ceao (Lugo), ocurrido hace prácticamente 30 años, ha proclamado este martes que conocía al acusado pues "iba a obtener heroína a su bar", ubicado en la Rúa Nova, donde vio que "en la cocina había múltiples pistolas en maletines negros".
En la segunda día del juicio en la Audiencia Provincial de Lugo, este testigo ha apuntado que su cuñado -- ahora fallecido -- le contó que el acusado, M.J.V.C., "le había brindado formar parte en el atraco al Cash Record", pero que él jamás había recibido tal ofrecimiento. Así, ha insistido en que "no le dio mucho más datos".
En esta línea, ha señalado que su cuñado "se las apuntaba todas y cada una" y que no le mencionó que el acusado le habría brindado formar parte en el atraco "hasta tras los hechos". Además, indicó que piensa que si su cuñado hubiera formado una parte del mismo "lo sabría".
De este modo, ha destacado que el acusado y él "se llevaban como el perro y el gato" y que "solo iba al bar a por heroína", en tanto que M.J.V.C. le ha dicho en múltiples oportunidades que "en su bar no podían ingresar toxicómanos".
Sobre las armas que afirma haber visto en el bar del acusado, el testigo indicó que su cuñado y el acusado las probaron en un descampado en Rábade (Lugo), mientras que él los acompañaba, y que entonces "recogieron todos y cada uno de los casquillos".
Además, ha negado saber al marido de la cajera fallecida en el delito -- que declaró este lunes --, más allá de que en afirmaciones precedentes aseveró tener fotografías en las que aparecía en el bar del acusado.
En esta segunda día de juicio en la Audiencia Provincial de Lugo, ha proclamado el hermano pequeño de Esteban, el reponedor fallecido, que ha apuntado que en el entierro una vieja novia de su Esteban ha dicho "en el final te mató este hijo puta", pero que "no sabe a quién tiene relación".
Asimismo, explicó que se enteró de los hechos ambiente a las 22,45 horas en el momento en que la Policía municipal lo llamó al bar que dirigía para mencionarle que "había habido un incidente muy grave". El testigo ha contado que en el momento en que llegó al Cash Record con su mujer y un amigo de su hermano "ahora se hallaron un vehículo fúnebre".
De este modo, ha recordado estaban la hermana y el marido de la otra víctima y que su hermano no debía trabajar ese día, sino más bien "que le había cambiado el momento al solicitado" -- algo que este negó en la día de este lunes --. Así, ha puntualizado que "no sabe si había relación alén de la laboral" con el acusado.
Entre otros presentes, pasaron esta mañana por la Audiencia 2 hombres que estuvieron en la calle del Cash Record el día del delito. Uno de ellos, dueño de un taller ubicado a 200 metros del lugar, ha expuesto que ese día, sobre las 19,15 horas, "se encontraba en la puerta del taller y vio un vehículo blanco con tres ocupantes", que "iba tal y como si fuera escapando de algo".
El otro hombre ha comunicado que ese día vio "a tres personas en un vehículo apoyadas" enfrente del Cash Record, "2 hombres vestidos de traje y una mujer". Así, ha aclarado que le contó esto a "amigos que eran policías", en tanto que le pareció extraño y cogió la matrícula del vehículo -- que acabó perdiendo --, pero que "jamás se la solicitaron".
Este martes asimismo han proclamado 2 hosteleros de la provincia que asistieron al Cash Record el día del delito y que fueron los últimos en escapar del lugar antes del cierre, en tono a las 19,30 horas, según sus afirmaciones.
Uno de ellos ha señalado que "vio como se cerraba el portalón" si bien piensa que "la puerta pequeña se quedaba abierta". Asimismo, en la tienda había una tercera persona, dueño de una tienda de cromados -- que asimismo ha proclamado esta día -- al que asimismo vio irse. Estos tres presentes han proclamado no comprender al acusado.
Era la noche del 30 de abril de 1994 en el momento en que Isabel, preocupada por la tardanza en regresar a casa de su hermana Elena, se desplazó hasta el Cash Record del Polígono de O Ceao de Lugo para conocer que ella como Esteban, un reponedor, los únicos trabajadores del lugar en el momento del cierre, habían sido asesinados a balazos en el lapso de un hurto.
Así daba comienzo entre los casos mucho más complejos del sistema judicial español y una salvedad: la Audiencia de Lugo ha abierto este lunes juicio oral contra el único acusado de este delito, una vista que se apoya en el sumario judicial en abierto y en trámite mucho más viejo del país.
En el lapso de todo este tiempo, el doble delito del Cash Record de Lugo estuvo a puntito de prescribir en frente de la pelea incansable de las familias de las víctimas a fin de que no cayera en el olvido.
La investigación inicial, poco ha podido saber del creador o autores del delito en su instante, a menos que el ataque se causó en el instante del cierre del lugar y que las víctimas abrieron la puerta a un individuo que no parecía sospechar una amenaza para ellos, con lo que sus familias siempre y en todo momento pensaron que era alguien popular.
Para el procesado, las familias de las víctimas, que ejercitan la acusación especial, solicitan 28 años de prisión por los 2 asesinatos y por un delito de hurto con crueldad, ya que se llevaron asimismo un botín de unos cinco millones de pesetas (30.000 euros). La Fiscalía, no obstante, no ha anunciado cargos contra el procesado, ya que no ve pruebas de cargo contra él.