Crónica Galicia.

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La filloa gallega: una deliciosa crepe tradicional

La filloa gallega: una deliciosa crepe tradicional

La filloa gallega: una deliciosa crepe tradicional

Galicia es una región de España conocida por su rica gastronomía y una de sus joyas culinarias es la filloa, una deliciosa crepe tradicional que se remonta a la época pre-romana. Hecha con ingredientes básicos como la harina, el agua y los huevos, las filloas son extremadamente versátiles y pueden ser rellenas con una gran variedad de ingredientes. En este artículo, exploraremos la historia y la preparación de las filloas gallegas y descubriremos algunas de las mejores formas de disfrutarlas.

Historia de las filloas gallegas

Las filloas han sido un alimento básico en Galicia durante siglos, y su origen se remonta incluso antes de la llegada de los romanos a la península ibérica. Durante la época pre-romana, los habitantes de Galicia utilizaban harina de maíz y otros cereales para hacer una comida similar a las crepes, que se cocinaba sobre una piedra caliente o una sartén. La tradición se mantuvo a lo largo de los siglos, aunque con la llegada de los romanos, se adoptó el trigo y la receta fue modificada para incluir ingredientes más comunes como la leche y los huevos.

En la Edad Media, la tradición de la filloa se extendió por todo el noroeste de España y también se hizo popular en otras partes de Europa. Las filloas se convirtieron en un alimento básico en la dieta campesina, ya que eran baratas y fáciles de hacer con ingredientes básicos que se podían encontrar en cualquier hogar. Además, las filloas eran especialmente populares durante las festividades religiosas y las bodas, y todavía se consideran un plato imprescindible en cualquier celebración gallega.

Preparación de las filloas gallegas

La preparación de las filloas gallegas es relativamente sencilla, pero requiere algunas habilidades culinarias básicas. Los ingredientes necesarios son harina, huevos, agua, leche, sal y aceite de oliva. La receta varía según las preferencias de cada hogar, pero generalmente se usa una taza de harina, dos huevos, media taza de leche, media taza de agua, una pizca de sal y aceite de oliva para freír.

Para preparar las filloas, se mezcla la harina, los huevos y la leche en un tazón. Se añade el agua poco a poco, mezclando bien la masa para evitar que queden grumos. Una vez que la masa esté homogénea, se le añade una pizca de sal y se deja reposar durante al menos media hora para que los ingredientes se mezclen bien.

Para cocinar las filloas, se calienta una sartén con aceite de oliva. Se añade una pequeña porción de la masa y se extiende uniformemente por la sartén para formar una crepe delgada. Se cocina durante un par de minutos por cada lado hasta que quede dorada y crujiente. Las filloas se sirven calientes, ya sea solas o rellenas de diferentes ingredientes.

Formas de disfrutar las filloas gallegas

Las filloas gallegas son deliciosas tanto solas como rellenas de diferentes ingredientes. Entre los rellenos más populares se encuentran la compota de manzana, el requesón, el jamón, el queso, la miel y el chocolate. También se pueden servir con una salsa de caldo de carne y verduras que se utiliza para hacer el Caldo Gallego, un plato tradicional de Galicia.

Las filloas también se han utilizado históricamente para hacer dulces, como el filloas de leite, que se hacen con leche y azúcar, o el arroz con leche relleno de filloas, que consiste en una mezcla de arroz con leche dulce y filloas desmenuzadas.

En resumen, la filloa gallega es una crepe tradicional extremadamente versátil y deliciosa que ha sido parte de la gastronomía Gallega durante siglos. La preparación es relativamente sencilla y la receta varía según las preferencias culinarias de cada hogar. Las filloas se pueden disfrutar solas o rellenas de una amplia variedad de ingredientes. Si viajas a Galicia, no puedes dejar de probar una de las deliciosas filloas de la región.