SANTIAGO DE COMPOSTELA, 29 de enero.

La Guardia Civil ha llevado a cabo una importante operación conocida como Operación Cardenal, resultando en la detención de un individuo señalado como responsable de más de 30 robos ocurridos en diversas localidades de las comarcas de Melide, Arzúa, Ulla, Deza y Ordes. Estos actos delictivos han causado una considerable alarma social en las comunidades afectadas.

De acuerdo a las declaraciones de la Comandancia de A Coruña, los miembros del Equipo ROCA de Santiago de Compostela han logrado establecer conexiones claras entre el detenido y una serie de delitos, que incluyen 12 incidentes de robo o hurto de vehículos, 22 robos con fuerza en el interior de automóviles, 2 hurtos y un delito relacionado con la seguridad vial, al conducir sin la licencia correspondiente.

La serie de robos comenzó en octubre del año pasado y tuvo un impacto notable en las localidades de Boimorto, Arzúa, Curtis, O Pino, Frades, Oroso, Palas de Rei, Vila de Cruces, Lalín y especialmente Melide, donde el miedo y la preocupación por la seguridad estaban en aumento.

El individuo detenido se dedicaba a aprovechar las horas de la tarde y la despreocupación de los propietarios para sustraer vehículos que tenían las llaves puestas. Tras apoderarse de ellos, los abandonaba en Melide. Estos coches robados eran usados para llevar a cabo robos en áreas menos concurridas, donde el sospechoso accedía a otros vehículos estacionados.

Las autoridades revelan que el hombre empleaba un martillo de emergencia para romper las ventanas de los coches y así acceder a las guanteras en busca de objetos de valor. Si no encontraba bienes de interés, dañaba innecesariamente los vehículos, rompiendo todas las ventanillas y provocando estragos en el interior.

Asimismo, se le imputan dos robos de gasoil, para los cuales utilizaba una garrafa de plástico y mangueras para reabastecer los coches que había sustraído.

La acción policial culminó el pasado 22 de enero, con la detención del sospechoso en Melide, donde fue sorprendido conduciendo un vehículo robado en Frades mientras vigilaba la zona en busca de nuevos objetivos para sus fechorías.

En el momento de su arresto, el hombre contaba con varias herramientas que indicaban su intención delictiva: un gorro para ocultar su identidad, guantes, una linterna, un destornillador, un martillo para romper cristales, así como una garrafa de 5 litros y una manguera para el repostaje.

Gracias a esta operación, se ha recuperado el coche robado y se ha devuelto a su legítimo propietario. Además, se han recolectado pruebas suficientes para acusar al sospechoso de un total de 37 delitos que atentan contra el patrimonio y la seguridad vial. Las diligencias correspondientes han sido presentadas ante el juzgado de instrucción de Arzúa.