En un preocupante desarrollo desde la provincia de Pontevedra, la Guardia Civil ha llevado a cabo una investigación que ha culminado con la detención de un pedófilo de 26 años en Gádor, Almería. Este individuo había estado contactando a menores a través de videojuegos en línea, un hecho que ha dejado a la comunidad alarmada. La detención se produjo tras el inicio de una pesquisa coordinada por un juzgado de instrucción de Caldas de Reis, y, ante la gravedad de las acusaciones, el detenido ya ha sido ingresado en prisión provisional.

Según informaron las autoridades de la Comandancia de Pontevedra, la operación, conocida como Operación RitualGame, se puso en marcha tras recibir una denuncia por parte de los padres de un niño de 12 años. Estos alertaban de que un adulto había logrado establecer contacto con su hijo a través de plataformas de videojuegos. Lo más inquietante es que, después de ganarse la confianza del menor, este sujeto comenzó a solicitarle vídeos y otro tipo de material de contenido sexual.

El detenido utilizaba el término "el ritual" para referirse al intercambio de materiales sexuales a cambio de beneficios dentro del juego, como 'skins' y 'pases de batalla'. Este método claramente manipulador resalta la astucia de un depredador que, bajo la apariencia de un amigo en el entorno virtual, estaba dispuesto a corromper la inocencia de niños vulnerables.

Las investigaciones llevaron a la Guardia Civil a identificar no solo al pedófilo, residente en Gádor, sino también a otros 15 menores, quienes igualmente habían sido víctimas del sospechoso. Estos niños, con edades comprendidas entre 10 y 14 años, fueron contactados por el mismo individuo a través de medios digitales.

Una vez que establecía un primer acercamiento, el sospechoso se dedicaba a cultivar una supuesta 'amistad' con los menores, comenzando así su escalofriante reclamo de fotografías y vídeos de índole sexual. En algunos casos, llegó incluso a realizar videollamadas donde los pequeños estaban desnudos. Para ganarse aún más la confianza de los niños y sus familias, en ocasiones les regalaba productos como ordenadores o teléfonos, e incluso se presentó ante los padres como un amigo que estaba dispuesto a ayudar a sus hijos con tareas escolares.

El caso se tornó aún más preocupante al revelarse que el sospechoso no solo se limitaba al contacto virtual; la Guardia Civil verificó que este individuo se había trasladado a las residencias de algunos de los menores, mostrando su intención de conocerlos en persona e incluso pasar la noche con ellos en los lugares donde se hospedaba.

Finalmente, tras ser detenido, a este hombre se le incautaron numerosos dispositivos y terminales informáticos. Investigaciones posteriores al material encontrado en su teléfono móvil revelaron la existencia de cientos de fotografías y vídeos de pornografía infantil, muchos de ellos involucrando a niños de una edad alarmantemente baja, incluidos bebés. Este caso pone de manifiesto la urgencia de tomar medidas para proteger a nuestros menores de las amenazas que se esconden en el mundo digital.