
En un notable incidente que resalta la preocupación por el tráfico ilegal de especies, el Servicio de Fiscal y Fronteras de la Guardia Civil en el Aeropuerto de Vigo-Peinador interceptó recientemente a un viajero que llegaba desde China, encontrándole en su posesión tres gramos de bilis de oso liofilizada, cuidadosamente distribuidos en 30 pequeños frascos.
Las autoridades locales informaron que la detención se produjo en el marco de una inspección habitual de equipajes. Este controvertido producto, que ha sido utilizado en la medicina tradicional de varias culturas del sudeste asiático, plantea serias dudas sobre su origen y su legalidad.
La Guardia Civil advirtió que la obtención de bilis de oso se lleva a cabo en condiciones extremadamente inhumanas en granjas específicas, donde se realizan procedimientos dolorosos. A menudo, estos incluyen la inserción de catéteres o sondas en la vesícula biliar de los osos, como el oso negro asiático, lo que genera un gran sufrimiento a los animales.
Es importante tener en cuenta que las especies de oso de las cuales se extrae la bilis están protegidas por el Reglamento (CE) 338/97, que forma parte de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Este marco legal establece que el comercio de tales especies está prohibido en términos generales, dado que su explotación podría amenazar la supervivencia de la población, permitiendo su comercio únicamente en casos excepcionales.
En relación a este caso, el Seprona de Pontevedra ha tomado las riendas de la investigación. Hasta ahora, se ha identificado a un ciudadano chino que se encuentra bajo sospecha por la presunta comisión de un delito contra la fauna, relacionado con el tráfico de especies protegidas, ocurrido el 15 de septiembre.
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