Crónica Galicia.

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Estudio genético revela que los gallegos costeros enfrentan mayor riesgo de Alzheimer, mientras que los del interior son más susceptibles a la diabetes.

Estudio genético revela que los gallegos costeros enfrentan mayor riesgo de Alzheimer, mientras que los del interior son más susceptibles a la diabetes.

Un revelador estudio sobre el genoma de la población gallega ha puesto al descubierto un sorprendente hallazgo: un 15% de los gallegos presenta ascendencia que se remonta al norte de África y Oriente Medio. Este descubrimiento ha generado un inmenso interés y ha ampliado nuestra comprensión sobre la historia genética de la región.

La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidade de Santiago de Compostela, el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago y el complejo hospitalario CHUS, ha revelado que las personas que residen en áreas costeras son más propensas a sufrir enfermedades como el Alzheimer, enfermedades cardíacas y cáncer de ovario. En contraste, aquellos que viven en el interior tienden a presentar un mayor riesgo de patologías metabólicas, como la diabetes tipo 2.

Los expertos detrás de este ambicioso proyecto han coordinado un análisis exhaustivo de 1.100 genomas, incluyendo muestras de gallegos y diversas referencias internacionales, lo que les ha permitido crear un perfil genético detallado. Según sus conclusiones, se ha logrado una reconstrucción de la historia demográfica de Galicia con niveles de precisión antes inimaginables, lo que también abre nuevas posibilidades para la medicina personalizada en la región.

El informe destaca la creación de un "mapa de riesgo genético" que podría ser de gran utilidad para abordar las enfermedades más prevalentes en Galicia. A pesar de que la comunidad presenta una homogeneidad genética general, existen diferencias significativas entre los habitantes costeros e interiores, posiblemente relacionadas con patrones de migración y mestizaje a lo largo de la historia.

Los autores del estudio subrayan que estas divergencias podrían ser el resultado de antiguos movimientos migratorios y variaciones en el nivel de consanguinidad a través de las generaciones, lo que ofrece una visión más matizada de la salud poblacional en el territorio gallego.

En un contexto más amplio, la comparación de los datos genéticos gallegos con otras regiones de la Península Ibérica ha permitido identificar características únicas de la población, mientras que se reconoce que existen también conexiones evidentes con otras sociedades de la península y de Europa.

La investigación sugiere que esta herencia genética tiene su origen mucho antes de la llegada de los musulmanes en el año 711. Los investigadores piensan que el legado genético norteafricano y oriental pudo entrar en Galicia entre los siglos VI y VII, resultado de las relaciones marítimas y comerciales del antiguo Imperio Romano con regiones del Mediterráneo.

El profesor Antonio Salas destaca que este hallazgo no sólo enriquece la narrativa histórica de la genética gallega, sino que también replantea el entendimiento sobre las interacciones transmediterráneas que existieron antes de la dominación musulmana, desafiando la noción de que Galicia fue una región aislada en Europa.

Además, se observó que la variabilidad genética de origen africano es más notable en el sur y sureste de Galicia, lo que sugiere que estas áreas fueron cruciales para la llegada de esa influencia. El estudio también ha identificado que esta herencia se transmite mayoritariamente a través de linajes masculinos, con un 21% de los mismos teniendo conexiones con poblaciones bereberes como los mozabíes.

Los investigadores proponen que estas migraciones podrían deberse a intercambios comerciales, conflictos militares, así como redes de movilidad antes de la ocupación islámica. De igual forma, los resultados evidencian una notable homogeneidad genética en Galicia, lo cual contrasta con otras partes de la península donde las barreras geográficas han propiciado una mayor fragmentación poblacional.

La geografía gallega, con su red de núcleos rurales y una rica tradición de movilidad por mar, ha favorecido un entorno en el que la mezcla genética ha podido florecer. Así, el estudio concluye que Galicia no es una región apartada sino un punto de encuentro vital, con una historia genética más rica e interconectada de lo que se creía anteriormente.