Crónica Galicia.

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Habitantes de Trevinca se mantienen vigilantes ante el avance del fuego: "Hemos pasado el día asegurando que no llegue a la aldea".

Habitantes de Trevinca se mantienen vigilantes ante el avance del fuego:

Un grupo de ocho personas, compuesto por vecinos de Casaio y de la localidad cercana de A Veiga, tomó la iniciativa el pasado sábado para participar en la extinción de pequeños focos de incendio en el Teixadal de Casaio, un bosque de tejos centenarios. Su objetivo fue sanear la zona, después de días de angustia por la amenaza del fuego.

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 24 Ago.

Desde el lunes, la comunidad de Casaio en Carballeda de Valdeorras, Ourense, se ha mantenido alerta ante un incendio que cruzó desde la provincia de Zamora hacia Galicia. Este fuego se originó el jueves 14 de agosto en la comarca de Sanabria y ha suscitado la preocupación de los residentes locales.

Una semana después del inicio del siniestro, los vecinos supervisan constantemente la zona del río San Xil, un área crítica que, de ser alcanzada por las llamas, podría significar un grave peligro para la aldea. Pedro Domínguez, uno de los lugareños, afirmó: "Estamos todo el día vigilando, asegurándonos de que no cruce este punto".

La situación se volvió más complicada el sábado por la tarde, cuando el fuego intensificó su avance hacia Casaio. "La tarde fue caótica. El frente proveniente del Pico Maluro se volvió incontrolable y creció desmesuradamente", relató Domínguez, reflejando así la creciente alarma en el pueblo.

La inquietud entre los residentes ha ido en aumento, haciendo que muchos se reunieran en la plaza para dialogar sobre la situación. "Han pasado muchas horas desde la medianoche y la gente está claramente nerviosa", describe uno de los habitantes de Casaio.

En estos momentos, el incendio progresa hacia el río San Xil y algunos vecinos se han acercado para intentar contenerlo. "Hicieron esfuerzos para combatirlo, aunque es complicado trabajar desde tierra", añadió Domínguez. Mientras tanto, dos helicópteros sobrevolaban la zona, realizando descargas para frenar el avance de las llamas. "El objetivo primordial es evitar que el fuego cruce el río, ya que eso dificultaría enormemente la situación", subrayó.

La vigilancia ha fomentado la preparación entre los vecinos, que se han organizado en un grupo en dirección a la aldea. Domínguez destacó la presencia de varios medios de extinción, incluidas excavadoras y brigadas tanto aéreas como terrestres, con el respaldo de aproximadamente 30 a 40 voluntarios.

Entre las preocupaciones más relevantes durante esta semana ha estado el impactante Teixadal de Casaio, un bosque de tejos milenarios. Aunque el fuego finalmente logró ingresar al área, no ha causado daños severos en los tejos, pero sí ha afectado drásticamente la biodiversidad del entorno, sacrificando árboles y líquenes de valor ecológico.

El sábado marcó la última jornada en la que los vecinos y voluntarios hicieron su esfuerzo por proteger el Teixadal. "Ocho personas nos desplazamos, incluyendo vecinos de A Veiga, organizados para abarcar la zona afectada. Logramos contener muchos focos", aseguró Domínguez.

Con el enorme frente de incendio todavía activo, ahora se encuentra en la mira de los habitantes de Casaio. "La situación en el Teixadal ha mejorado, está más controlado y saneado", concluyó Domínguez, reflejando una mezcla de esperanza y determinación entre los residentes.