La Xunta aprueba el trámite ambiental para un parque eólico en la ría de Pontevedra, a pesar de la oposición vecinal.
El Gobierno gallego se ha decidido a avanzar con el proyecto del parque eólico Castrove, a pesar de su evidente "muy alta exposición visual" en un área que alberga petroglifos, especies en peligro de extinción y varios Bienes de Interés Cultural (BIC).
PONTEVEDRA, 11 Nov.
La Xunta de Galicia ha otorgado recientemente la autorización ambiental necesaria para llevar a cabo la construcción del parque eólico Castrove, que se localiza en el monte del mismo nombre, en la cabecera de la ría de Pontevedra. Este proyecto involucra a varios municipios: Poio, Pontevedra, Meis y Barro, y ha suscitado una serie de protestas vecinales en los últimos tiempos, además de recibir rechazos por parte de varios ayuntamientos de la región.
Según el expediente que la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Sostibilidade ha hecho público, dicho proyecto será "ambientalmente viable", siempre que se respeten una serie de condicionantes estipulados en el mismo.
El parque, promovido por la empresa Parque Eólico Cadaval y Ventoso, tendrá una capacidad de 24 megavatios y ha realizado un ajuste en su diseño, disminuyendo su número de aerogeneradores de cuatro a tres, con el objetivo de mitigar los impactos ambientales. Esto conllevará la apertura de más de dos kilómetros de caminos para la construcción, así como la excavación de más de tres kilómetros para enterrar el cableado y la instalación de una subestación eléctrica.
El informe señala que el proyecto eólico, que ha acumulado más de 600 alegaciones, está situado en una zona de "muy alta exposición visual". El monte Castrove se presenta como una "referencia visual permanente" para una población de más de 200.000 personas. Las localidades más cercanas se encuentran a un kilómetro de distancia, como Río Mouro y A Escusa, mientras que la ciudad de Pontevedra y la histórica Combarro están a pocos kilómetros.
Este expediente también ha identificado la presencia de diversos petroglifos, especies en peligro de extinción y hábitats de interés comunitario y prioritario en las cercanías del proyecto, así como posibles problemas de visibilidad que afectarían a los Bienes de Interés Cultural, como los monasterios de Poio y Armenteira. La Xunta, sin embargo, ha determinado que las medidas correctivas y de control que se implementarán hacen que el parque eólico sea ambientalmente viable.
Entre otros documentos elaborados por diferentes departamentos de la Administración gallega, se ha indicado que, en relación con el petroglifo del Monte Castrove (declarado BIC en los años setenta), las fuentes consultadas sugieren que su ubicación exacta se encuentra en las estribaciones del monte, en dirección al monasterio de Armenteira, y no en la cima del monte.
Además, el Gobierno gallego ha estipulado la necesidad de llevar a cabo acciones como completar lo más pronto posible los trabajos de documentación sobre los afloramientos rocosos afectados, así como realizar un control arqueológico para prevenir la aparición de bienes culturales, y establecer medidas correctoras que mitiguen la visibilidad desde el monasterio de Poio.
Se ha puesto especial énfasis en el aguilucho cenizo, un ave clasificada como vulnerable entre las especies amenazadas, lo que demanda la realización de una investigación previa sobre su posible presencia en la zona.
Asimismo, la Xunta establece que se deberán implementar tecnologías destinadas a reducir el impacto de colisiones de aves y mitigar la mortalidad, utilizando sonidos de alerta o deteniendo las turbinas, además de la medida disuasoria que incluye el pintado de las aspas de los aerogeneradores.
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