
El regreso de la activista gallega Sandra Garrido a Santiago de Compostela ha generado un gran revuelo. Este miércoles, a las 20.29 horas, Garrido fue recibida en la estación de tren por aproximadamente cincuenta personas que vitoreaban consignas como "Palestina vencerá". Su llegada fue el desenlace de su participación en una flotilla que se dirigía a Gaza.
Garrido, quien ha denunciado lo que considera un genocidio por parte de Israel en Palestina, expresó su dolor tras ser tratada de manera inhumana durante su viaje. "Lo más doloroso es que la comunidad internacional mira hacia otro lado mientras esto ocurre", declaró con pasión al público que la aguardaba.
La activista fue deportada por las autoridades israelíes cuando intentaba romper el bloqueo humanitario impuesto sobre Gaza, como parte de un grupo coordinado por la Global Sumud Flotilla. En la estación, los abrazos y lágrimas de sus seguidores contribuyeron a un emotivo recibimiento que reflejaba el apoyo de diversas organizaciones y amigos que habían seguido la travesía desde tierra.
“El próximo paso es una huelga general programada para el día 15. Luego, organizaremos más flotillas, por mar, tierra y aire, como lo hace el Ejército israelí”, añadió Garrido, enfatizando la continuidad de su lucha.
Durante su intervención en Santiago, Garrido hizo un llamado a la movilización en apoyo a la huelga general en todo el territorio español, ya que consideró que “la misión no se ha cumplido” y subrayó que los gobiernos deben tomar acción ante lo que ocurre en Gaza.
En la estación, se encontraron representantes de la comunidad árabe de Galicia y la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, quien también mostró su respaldo a la causa.
Se espera que este jueves, Sandra Garrido y Manu López, otro gallego involucrado en la flotilla, ofrezcan una rueda de prensa en la que compartirán detalles sobre su experiencia, así como sobre las circunstancias que llevaron a su detención por las fuerzas israelíes.
Garrido, junto con otros 27 activistas españoles, regresó recientemente de un complicado viaje al Oriente Próximo, donde permaneció tres días en una prisión israelí tras ser interceptados el 1 de octubre por militares israelíes mientras se dirigían a Gaza. Los activistas fueron detenidos en aguas internacionales, a escasa distancia de su destino.
Finalmente, el patrón de uno de los barcos también participó en la deportación de los activistas, regresando a España y llegando a Vigo en tren al día siguiente de la deportación, sumándose así a la historia de resistencia y activismo en torno al conflicto de Gaza.
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