Activistas piden que los gobiernos exijan a las empresas compromisos más reales con los derechos humanos en Santiago.
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 14 Sep.
Una gran estatua de aire en representación de la "injusticia" que cometen las multinacionales con sus prácticas laborales y medioambientales se ha erigido este jueves en la Alameda de Santiago de Compostela, ciudad que se convierte estos días en la capital de la economía para Europa y Latinoamérica con la celebración de la reunión del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (Ecofin).
Según los organizadores, la Plataforma por Empresas Responsables, se busca establecer una obligación legal para que las empresas respeten los derechos humanos y el medio ambiente en todas sus cadenas de valor, y se garantice el acceso a la justicia a las víctimas de los abusos. Amaya Acero, coordinadora de la plataforma, ha explicado la importancia de esta demanda durante las jornadas que se llevarán a cabo en coincidencia con la reunión del Ecofin en la capital gallega.
Más de veinte entidades se han reunido para pedir que los gobiernos europeos y latinoamericanos sean "ambiciosos" en la directiva internacional que regula la actividad de las empresas que operan en distintos países. Según denuncian, las actuales negociaciones sobre la directiva son insuficientes a la hora de reclamar a estas multinacionales que cumplan con cuestiones relativas al medio ambiente y los derechos humanos y laborales de los trabajadores.
Abel Rivera, un trabajador de la multinacional Nestlé en Colombia que se encuentra bajo asilo en España por sus denuncias sobre las prácticas laborales y medioambientales de la compañía, comparte su experiencia. Según Rivera, Nestlé se desentiende de las denuncias, alegando que la filial colombiana es independiente de la matriz europea. Sin embargo, Rivera señala que las políticas y la responsabilidad recaen en la misma empresa.
Rivera menciona que la compañía aprovecha las leyes laborales colombianas para evitar la contratación estable de jóvenes trabajadores, lo que ha llevado a miles de empleados a perder sus empleos. Además, el sindicato al que pertenece denuncia los incumplimientos medioambientales de la compañía, especialmente en relación con el uso de recursos hídricos y los vertidos contaminantes a los ríos.
El programa de asilo de Abel Rivera finaliza a finales de año, y su deseo es regresar a Colombia junto a su familia a pesar del riesgo que esto implica. Exige a la empresa que garantice la tranquilidad para su familia y para él, sin exigirle una compensación económica.
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