
La empresa Alcoa, junto con su socio Ignis Equity Holdings, ha informado sobre la reactivación de su planta de aluminio en San Cibrao, situado en el municipio de Cervo, Lugo, tras el apagón masivo que dejó a España a oscuras el pasado 28 de abril. Sin embargo, utilizando un tono conciliador, la multinacional advierte que la recuperación total del funcionamiento de la planta no se concretará hasta 2026, lo que representa un considerable retraso respecto a lo pactado en el acuerdo de viabilidad que prometía una vuelta al 100% de su capacidad para octubre de 2025.
El apagón mostró debilidades en la infraestructura eléctrica del país, afectando severamente las operaciones de la refinería y de la planta de aluminio, lo que obligó a suspender temporalmente el plan de reinicio que ya estaba en ejecución. Esta situación ha llevado a la compañía a actuar con cautela, buscando respuestas del gobierno español sobre la causa del fallo eléctrico y sobre las garantías para que estos incidentes no vuelvan a suceder.
En un comunicado, Alcoa detalla que se ha revisado el informe oficial sobre el apagón y que, tras múltiples reuniones con representantes del Gobierno y de la Xunta de Galicia, consideran que las medidas anunciadas aseguran un suministro energético más confiable. El vicepresidente de operaciones de Alcoa en España, Rob Bear, expresó que la decisión de retomar el proceso de rearranque responde a la promesa de las autoridades de mejorar la infraestructura eléctrica con inversiones significativas.
A pesar de esta reanudación, las implicaciones económicas del retraso son preocupantes. Con base en los niveles actuales de precios del aluminio, Alcoa ha recalibrado sus expectativas y anticipa pérdidas netas antes de impuestos que oscilarán entre los 90 y 110 millones de dólares para 2025. Esto se traduciría en una caída de entre 0,35 y 0,42 dólares por acción, mientras que se prevé que el flujo de caja operativo se sitúe entre 110 y 130 millones de dólares durante el próximo año.
Estos indicadores reflejan un deterioro en comparación con previsiones previas, dado que los ingresos que se esperaban para 2025 se han aplazado hasta 2026, consecuencia directa del parón involuntario en las operaciones. En este contexto, los empleados de Alcoa también han expresado su preocupación, organizando una concentración en Lugo donde solicitaron al Gobierno una mediación activa para evitar el cierre de la planta, subrayando su relevancia estratégica en la economía de la comarca de A Mariña.
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.