
La reciente reunión de la comisión del Consello de Contas en el Parlamento de Galicia ha generado un ambiente de controversia, especialmente entre los grupos opositores como el BNG y el PSdeG, quienes han cuestionado tanto la fecha de la convocatoria como la acumulación de informes que se abordaron. Este debate tuvo lugar poco después del festivo de la Ascensión, lo que ha sido visto como una falta de respeto a la importancia de estos informes.
El conselleiro maior de Contas, Juan Carlos Aladro, presentó el plan de trabajo para 2025, que incluye la elaboración de un catálogo de riesgos relacionados con la corrupción, realizado en colaboración con la Fiscalía de Galicia. Esta iniciativa se basa en comportamientos previamente observados, según se destacó durante la sesión de la comisión permanente no legislativa que se celebró el viernes.
El conselleiro Aladro también mencionó que, en cumplimiento de una recomendación del Parlamento, se llevará a cabo una fiscalización centrada en la Federación Gallega de Kickboxing. Esta acción es parte de un esfuerzo más amplio para mejorar la supervisión de las entidades deportivas en Galicia.
Sin embargo, la diputada del BNG, Noe Presas, expresó su frustración ante el "volumen inaudito" de informes acumulados y la falta de un debate adecuado sobre ellos. Ironizando, sugirió que quizás no se lograría discutir el informe sobre salud mental hasta 2027. Para ella, la situación actual es ni habitual ni democrática.
Desde el PSdeG, la diputada Elena Espinosa anunció que el partido había registrado una propuesta para modificar el funcionamiento de la comisión, buscando mayor transparencia y rendición de cuentas en las comparecencias del Consello de Contas. Definió esta propuesta como "sensata" y se mostró esperanzada en que se realicen cambios pronto.
En respuesta, la representante del PPdeG, Cristina Sanz, desestimó las críticas recibidas y argumentó que la convocatoria de la comisión representa un esfuerzo por mantener al día los debates sobre los informes pendientes. Su postura se centró en defender la gestión del Consello de Contas bajo el actual gobierno, enfatizando la importancia del debate abierto.
El ambiente político se avivó aún más cuando los socialistas reiteraron su compromiso de evitar que la discusión de informes se limite a una única sesión anual, como ha enfatizado el actual gobierno del PP. Con este fin, su propuesta buscaría incrementar la frecuencia de las comparecencias ante el Parlamento.
Presas también hizo hincapié en ciertos "chanchullos" que el Consello de Contas destaca anualmente, como el uso de contratos sin concurrencia competitiva. En su defensa, Sanz contrapuso los datos presentados por Presas, argumentando a favor de la inversión en el sistema de salud pública.
Por último, Sanz también comparó la labor del Consello de Contas en Galicia con la del organismo fiscalizador a nivel nacional, lo que le permitió criticar la gestión del presidente socialista Pedro Sánchez. Esta interacción reflejó la tensión persistente en un contexto político que recuerda la anterior legislatura bipartita (2005-2009), cuando la comisión se reunía con mayor frecuencia, algo que los populares han catalogado como un trauma para el PSdeG y el BNG.
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