
La situación en Ribeira, A Coruña, ha tomado un giro significativo tras una violenta pelea que ocurrió el pasado martes. De los seis individuos detenidos en relación con los disturbios, uno ha sido enviado a prisión preventiva por cargos de homicidio, así como por lesiones con un objeto peligroso y atentado contra la autoridad. Los otros cinco, tres hombres y dos mujeres, han logrado salir en libertad, aunque la jueza ha impuesto restricciones a su entrada en la localidad.
Según información publicada por fuentes del sistema judicial, el detenido que enfrentará juicio en prisión es hermano del fallecido y es señalado por haber estado al volante de uno de los vehículos que atropellaron a la víctima. Este cerco institucional busca asegurar que no se repitan más desórdenes en la zona.
La decisión de la jueza ha dejado a dos de los liberados sin la posibilidad de regresar a Ribeira, lo que ha elevado las tensiones entre las familias involucradas. Por su parte, los detenidos han insistido en su inocencia, argumentando que no fueron responsables de la muerte y que hay declaraciones de testigos que corroboran que la víctima aún vivía cuando abandonaron el lugar en su vehículo.
En medio de este clima tenso, miembros de la familia del fallecido se presentaron en los juzgados con la intención de mediar en la situación. Sin embargo, su llegada no fue sin complicaciones, ya que la policía confiscó un palo que llevaban, alegando que era para su trabajo de albañil.
Antonio Ventos Caamacho, primo del fallecido y pastor evangélico, justificó su presencia en Ribeira al señalar que habían llegado para tratar de calmar los ánimos, dado que tenían información acerca de la posible puesta en libertad de los arrestados. Su objetivo era claro: prevenir que la situación escalara a nuevos conflictos.
Julio Ventos Montoya, tío del fallecido, también se unió a la demanda de mediación, denunciando la conducta de la policía, quienes supuestamente le habrían agredido y dañado su teléfono móvil al llegar. Él confirma que sólo portaba herramientas por razones laborales y que fue interrumpido en su trabajo para acudir a Ribeira.
Desde el incidente, las autoridades han incrementado la seguridad en la localidad y en los juzgados, temiendo que la ira acumulada pueda desencadenar nuevos enfrentamientos. Recientemente, la pelea que causó la tragedia se produjo en un evento social, donde un gran número de personas se vio involucrado, resultando en la muerte de un hombre y lesiones a otros.
Los detenidos, a quienes la policía logró parar en un peaje de la AP-9 camino hacia Santiago, han dejado claro que no fueron culpables de la fatalidad. El único herido grave de la pelea ya recibió el alta médica, aunque las secuelas de la violencia siguen presentes en la comunidad.
Para evitar más incidentes, la Policía Nacional también realizó operativos preventivos en áreas cercanas al cementerio local el día de la sepultura del fallecido, buscando asegurar un ambiente de calma y control ante una situación que podría desbordarse nuevamente.
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