Antonio Maíllo ha declarado recientemente que la mejor vía a seguir es la creación de un instrumento político que realmente beneficie a los trabajadores, tomando como modelo el trabajo de Izquierda Unida (IU).
En el marco de la XIV Asemblea Nacional celebrada en Santiago de Compostela, Lino Costas, un trabajador del sector metalúrgico de Ponteareas, ha sido nombrado nuevo coordinador de Esquerda Unida, ocupando el puesto que dejó vacante Eva Solla, quien ha completado ocho años en el cargo.
Eva Solla asumió el liderazgo de Esquerda Unida en 2017, cargo que previamente había ocupado Yolanda Díaz, actual vicepresidenta del Gobierno. La transición de liderazgo se lleva a cabo en un momento en que la organización busca reafirmar su rol en la política gallega y nacional.
Durante el evento, Maíllo enfatizó la importancia de afrontar los retos políticos contemporáneos, proponiendo que la única solución lógica es construir un instrumento al servicio de los trabajadores de Galicia y el resto del país. Su mensaje resuena con un amplio apoyo a la unión entre sindicatos y movimientos sociales como base para lograr derechos laborales.
Subrayando la necesidad de esta colaboración, Maíllo mencionó que las alianzas han demostrado ser efectivas para la conquista de derechos y mejoras sociales. Expresó estas ideas en una conferencia de prensa durante la clausura de la asamblea, afirmando que la nueva dirección de Esquerda Unida representa un paso hacia una etapa renovada en la lucha por los derechos de los trabajadores.
Maíllo dejó claro que Izquierda Unida tiene un plan estratégico que integra la lucha por la ecología y el bienestar del movimiento obrero, remarcando que la situación actual requiere más que un simple cambio de gobierno. En este sentido, la organización refleja un compromiso con la profundización democrática en un momento en que la extrema derecha busca avanzar.
El líder federal recalcó que la colaboración con sindicatos es esencial, afirmando que las luchas sindicales han sido cruciales en la historia de Galicia y España. Asimismo, respondió a preguntas sobre la unidad de la izquierda alternativa, afirmando que la búsqueda de la unidad es inherente a la naturaleza del proyecto de IU.
Instruyendo sobre la estructura que proponen, Maíllo destacó la apertura de un espacio unitario donde todos puedan participar, así como la implementación de primarias para seleccionar representantes, asegurando la aceptación de los resultados.
Resaltó que no están dispuestos a permitir que la derecha y la extrema derecha se adueñen del país, ya que han logrado tener control sobre diversas naciones de Europa y Estados Unidos, con efectos negativos observables en la sociedad.
Apelando a la organización como una herramienta para la defensa de la clase trabajadora, Maíllo enfatizó que lo que está en juego es un estilo de vida, y se comprometió a no retroceder en esta lucha.
Además, ofreció su apoyo a la Asamblea de Esquerda Unida, que concluyó con un enfoque en la reflexión colectiva y los objetivos comunes de la organización.
En cuanto a la nueva dirección, Lino Costas asumió el cargo con la intención de reforzar no sólo a Esquerda Unida, sino también a la presencia de Izquierda Unida en el ámbito nacional. Reconoció la existencia de varios desafíos, especialmente ante los crecientes ataques del capital contra la clase trabajadora.
Costas destacó la necesidad de oponerse firmemente a los ataques a los derechos laborales, incluyendo la sostenibilidad de las pensiones, y criticó la retórica engañosa que cuestiona su viabilidad. También mencionó la urgencia de resistir la agenda de la derecha nacional y europea que promueve un aumento del gasto militar bajo la premisa de la "economía de guerra", aprovechando para justificar recortes perjudiciales para la ciudadanía.
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