Los laboratorios y centros de salud de Galicia enfrentan serios desafíos debido a problemas informáticos y de telecomunicaciones provocados por un reciente apagón en la región.
En Santiago de Compostela, los hospitales del Servizo Galego de Saúde (Sergas) están comenzando a retomar la normalidad después de que se restableciera el suministro eléctrico. Según reportan fuentes sindicales, se está priorizando la atención a emergencias que no pueden esperar.
Desde que se reanudó el servicio eléctrico, los problemas más significativos han afectado a los sistemas tecnológicos de apoyo administrativo y a los laboratorios, complicando aún más la situación ya crítica de las telecomunicaciones.
Debido a esta situación, el mecanismo de guardia para ciertos profesionales tuvo que cambiar de un sistema remoto a presencia física. Un ejemplo de estas complicaciones se dio en A Mariña (Lugo), donde la policía tuvo que acudir a la vivienda de un médico para informarle sobre una urgencia médica.
Los centros de atención primaria en Galicia han logrado manejar las citas con cierto grado de normalidad este martes, aunque siguen dando prioridad a los casos urgentes, incluidos aquellos pacientes que requieren el uso de equipos de respiración asistida.
Los trabajadores del Sergas, tanto del área sanitaria como no sanitaria, han demostrado un compromiso notable durante esta crisis, logrando mantener la atención a la población agradeciendo, además, la buena coordinación entre las diferentes gerencias involucradas.
Según informan representantes del Complexo Hospitalario Universitario da Coruña (Chuac), el restablecimiento del suministro eléctrico sucedió a la 1:00 de la madrugada y se está trabajando para normalizar la situación y reiniciar las intervenciones quirúrgicas que se habían pospuesto el día anterior.
Las operaciones que no admiten retraso están siendo las primeras en reanudarse, mientras que las consultas para aquellos pacientes que deben acudir desde fuera del hospital se programarán para más adelante. Algunos servicios también están empezando a ofrecer atención ambulatoria.
En cuanto al acceso al Chuac, se registraron atascos en las primeras horas del día, y los laboratorios experimentaron demoras a raíz de un problema con el generador que da servicio al Hospital Materno Infantil Teresa Herrera. Esto ha conllevado a que se requiera repetir algunas pruebas y solo se realicen extracciones urgentes en los centros de salud.
En A Coruña, aproximadamente 80 pacientes acudieron a urgencias debido a necesitar recargas para sus respiradores. Una situación similar se ha reportado en el área de Vigo, donde los centros están funcionando adecuadamente en la atención de emergencias.
Trabajadores y representantes sindicales mencionan que el apagón afectó especialmente a servicios como las colonoscopias, programadas para la tarde del lunes. En los centros de salud, los problemas de los sistemas informáticos y de las líneas telefónicas persisten, lo que ha derivado en cancelaciones y la necesidad de reprogramar citas telemáticas. Algunos médicos se ven obligados a utilizar papel y bolígrafo mientras esperan que se restablezca el sistema digital.
Ciertos centros de salud en el sur de la provincia, como As Neves, Salvaterra y Covelo, estuvieron sin suministro eléctrico durante gran parte de la mañana del martes.
En Lugo, el Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA) logró comenzar a rehabilitar sus operaciones a las 6:00 de la tarde del lunes, un hecho que muchos consideran un éxito dado lo sucedido en el resto de la región. El personal tuvo que cancelar analíticas, pruebas y cirugías que no eran urgentes, mientras que este martes se están priorizando aquellos casos más graves.
Una situación similar se vivió en los hospitales del área de Santiago-Barbanza, donde vinieron a dar atención a las urgencias con generadores. Sin embargo, las actividades no prioritarias debieron ser suspendidas, un hecho que fue comentado por varios pacientes que se vieron afectados.
En las cercanías del Hospital Clínico de Santiago, pacientes y familiares esperaban pacientemente actualizaciones sobre su situación. Alejandro, que acompañaba a su madre para una analítica, expresó que esperaban resultados importantes, pero fueron tranquilos a pesar de la espera.
La abuela de Duna, una residente de O Pino, se encontró en una situación complicada debido a la cancelación de una operación en el momento crítico, la cual fue reprogramada para el siguiente día, si es que era posible. Por su parte, Juan Carlos, que estaba esperando noticias sobre su esposa, confirmó que ella pudo ser intervenida y que todo salió bien, aunque debió quedar en observación debido a la suspensión de procedimientos no urgentes.
En medio de esta crisis, la sala de espera del hospital se convirtió en un foco de inquietud y humor entre el personal, que bromeaba sobre la situación caótica generada por el apagón. Sin embargo, Juan Carlos se mostró preocupado ya que había pasado buena parte de la tarde sin comer, debido a que la cantina no pudo ofrecer alimentos tras la interrupción del servicio eléctrico.
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