En un trágico suceso ocurrido en O Porriño, Pontevedra, una trabajadora de ayuda a domicilio ha perdido la vida, y las circunstancias alrededor de su fallecimiento han suscitado una profunda preocupación social. Según ha trascendido, la mujer había denunciado una situación de acoso en la residencia en la que tragicamente falleció.

Fuentes del sindicato CIG han confirmado que la víctima había comunicado por la mañana su intención de renunciar al servicio tras una experiencia de acoso que había vivido el día anterior. La trabajadora pidió orientación al sindicato para llevar a cabo el procedimiento de renuncia, evidenciando su inquietud ante la situación que enfrentaba.

La mujer hizo referencia a haber informado a su empleadora sobre el acoso sufrido, pero desafortunadamente, la compañía le había sugerido que continuara prestando sus servicios de todos modos, según lo que ella relató a los representantes del sindicato.

En el transcurso de esa misma mañana, la CIG le recomendó que se pusiera en contacto con su delegada sindical para formalizar su renuncia. Sin embargo, la situación se tornó trágica antes de que pudiera recibir la asistencia necesaria, y los acontecimientos se desarrollaron de manera inesperada.

Después de su lamentable muerte, la empresa se comunicó con el sindicato para admitir que en efecto la trabajadora había revelado previamente haber experimentado acoso sexual en la misma vivienda donde encontró su fatídico destino. Esto refuerza las preocupaciones sobre la seguridad y el bienestar de las trabajadoras en este sector.

Desde la CIG han expresado su indignación, enfatizando que es urgente que las denuncias de las mujeres sean tomadas en serio, y han criticado las precarias condiciones en las que operan estas trabajadoras. Además, han señalado la problemática de que, en ocasiones, tras la renuncia de una empleada, se asigna a otra sin informar adecuadamente sobre los incidentes anteriores, lo que pone en riesgo a las nuevas trabajadoras.