O Irixo elige a su tercera alcaldesa en un año y medio tras la moción de censura impulsada por PSOE y PP.

En un cambio de acontecimientos en la política local, la socialista Rosa Dalama ha sido designada como la nueva alcaldesa del municipio ourensano de O Irixo. Este acontecimiento, que se llevó a cabo el lunes, marca la tercera alteración en la alcaldía en un periodo que apenas supera un año y medio, tras una moción de censura que unió a PSOE y PP para destituir a Susana Iglesias, que pertenecía a la formación Xuntos polo Irixo.
La nueva regidora, Rosa Dalama, obtuvo la mitad de los votos en un pleno extraordinario realizado el lunes, donde el apoyo conjunto del PP y el PSOE fue suficiente para despojar a Iglesias del poder. Cabe recordar que Iglesias había asumido el cargo en agosto de 2023, tras formar una coalición con el PSOE, lo que hizo aún más sorpresiva su destitución ahora a manos de aquellos que antes fueron sus aliados.
Con la llegada de Dalama al poder, O Irixo inicia un nuevo capítulo político, marcado por la inestabilidad y un cambio constante de liderazgo. A pesar de que la nueva alcaldesa ha desmentido la existencia de un pacto formal de gobierno con el PP, su partido, el PSOE, se encuentra en una situación de desventaja, con solo dos concejales frente a los cuatro que posee el PP y otros intereses en la corporación que dificultan cualquier tipo de alianza estable.
Tras ser proclamada alcalde, Dalama se dirigió a los residentes de O Irixo, subrayando su compromiso de trabajar en beneficio del municipio y buscando puntos en común con otras fuerzas políticas presentes en el Consistorio. La situación es el resultado de tensiones que culminaron en la ruptura de la coalición entre el PSOE y Xuntos, procediendo el PSOE a aliarse con el PP para voz de la insatisfacción hacia la gestión de Iglesias, a la que consideran autoritaria y poco receptiva a las críticas.
La moción de censura que provocó el cambio de liderazgo atrajo a numerosos vecinos, lo que refleja el descontento existente en la comunidad. Durante la reunión, el edil José Manuel Nogueira del PP actuó como presidente, dando lectura al documento que justificaba la votación conjunta, resaltando la falta de apoyo que Iglesias había recibido en un concejo que, desde su ruptura con su coaliado original, había quedado dividido.
Los defensores de la moción argumentaron que Iglesias había quedado aislada en su gestión, con solo dos concejales sufragando sus decisiones, además de la reciente deserción de Juan Manuel Villanueva, miembro de Xuntos, que la dejó aún más vulnerable ante el nuevo panorama político. El clima de desconfianza y acusaciones de mala gestión fue el caldo de cultivo que hizo posible la unión temporal entre el PSOE y el PP.
Los socialistas y populares acusaron a Iglesias de un estilo de liderazgo que carecía de humildad y que fomentaba la desconfianza entre los concejales. Su gestión enfrentó críticas severas que denunciaban no solo su falta de comunicación, sino también cómo sus decisiones habían llevado a ineficiencias administrativas, cercenando las oportunidades para el diálogo y el consenso.
A pesar de sus esfuerzos por justificar su mandato, la ahora exalcaldesa Susana Iglesias fue sacudida por la crítica. No solo se refirió a sus detractores con palabras agresivas, sino que registró con desdén la deserción de un excompañero y las acusaciones de los ediles tanto del PSOE como del PP. Afirmó que la decisión de llevar a cabo la moción de censura fue resultado de deslealtades que ella no estaba dispuesta a tolerar.
La intervención de Rosa Fariñas, concejala del PSOE, enfatizó que las diferencias no deberían perturbar el trabajo por los ciudadanos, señalando que la incapacidad para llegar a acuerdos había caracterizado la gestión de Iglesias. Su comparación con el fútbol, donde se sancionan las infracciones, fue una metáfora clara de su posición en la necesaria disciplina que requiere la política local.
La votación de la moción de censura resultó en la proclamación de Dalama como alcaldesa, marcando un aparente cambio hacia un nuevo enfoque en la política local. Tras asumir el cargo, prometió trabajar para mejorar la relación con los ciudadanos y con los demás concejales, dejando claro que las alianzas políticas seguirán siendo objeto de negociación.
En sus declaraciones después del pleno, Dalama destacó que, aunque no existe un acuerdo de gobierno formal con el PP, el espíritu de colaboración será fundamental en este nuevo capítulo, y que cualquier pacto significativo debe esperar a la futura organización de la corporación para ser concretado. Las presiones y las dinámicas políticas de O Irixo se mantienen en un estado de evolución constante que promete seguir actuando en el ámbito local.
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