El expresidente degustó antes las truchas en una localidad próxima a la capital gallega, Oroso, en su segunda jornada de campaña en Galicia

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha elegido Santiago de Compostela y su entorno este domingo como punto de partida de su segunda jornada de campaña electoral en Galicia, después de participar en varios actos en la provincia de Pontevedra el sábado pasado, que concluyó con un baño de multitudes en Pontevedra.

Después de recorrer la provincia de Pontevedra, en su segundo día de campaña en Galicia, Rajoy se detuvo en Oroso, una localidad cercana a la capital gallega para la celebración de la 'Festa da Troita', donde degustó truchas antes de dirigirse a Santiago de Compostela, una ciudad a la que se siente muy vinculado y donde se considera como en casa.

"Para mí es un placer estar en Santiago", admitió Rajoy, al lado del candidato local, Borja Verea, y de la número dos del partido, Paula Prado, mientras señalaba con el dedo la casa donde nació cerca de la céntrica Praza do Toural. "He dormido en esa casa muchas veces, a unos 100 metros estudié en el Colegio de las Huérfanas, y a unos 500 metros, me licencié en la Facultad de Derecho", recordó. También recordó su etapa profesional como director xeral, periodo durante el cual tuvo que volver a recalar en Santiago "una temporada".

"Como comprenderán, probablemente este sea el lugar donde más a gusto puedo hacer una campaña electoral", defendió, antes de pasar a elogiar a Verea: "En fin, esto es historia y no he venido a hablar de mí".

A continuación, procedió a enumerar las cualidades de Verea, al que calificó de "profesional brillante" y cuyo "arrojo" destacó, tras pedir "disculpas" por llegar unos diez minutos tarde al punto de encuentro previsto con los periodistas.

"Ya saben que en la campaña no hay forma de controlar las cosas, y venimos de Sigüeiro después de tomar algunas truchas. Con lo cual, creo que hay una especie de atenuante", bromeó entre risas.

Entre risas, mientras conversaba con Verea y Prado, Rajoy realizó un paseo por la zona vieja de la ciudad, recibiendo comentarios de los vecinos y turistas, pero sin selfies como tal. Sin embargo, hubo algunos efusivos saludos, asegurando que "qué tal Mariano".

Además, Rajoy tuvo la oportunidad de encontrarse con "Pedro Sánchez". "El bueno", según sus propias palabras, ya que la persona con la que habló no tenía parecido alguno al presidente del Gobierno.

Después de pasear por el casco antiguo, los líderes populares se dirigieron al Ensanche y, posteriormente, se trasladaron a uno de los lugares más importantes del momento en Compostela: el 'Banquete de Conxo'.

Promovido años atrás por Compostela Aberta, la fuerza de la órbita rupturista dirigida por Martiño Noriega como alcalde durante un mandato local, el 'Banquete de Conxo' se ha consolidado y reúne este domingo, en un ambiente festivo y menos ideológico que en su origen histórico, a una gran cantidad de vecinos

Con disfraces de época y entretenimientos tradicionales para niños, ningún partido político se ha perdido la celebración. Ni la candidata del BNG, Goretti Sanmartín, ni el alcalde y candidato socialista a la reelección, Xosé Sánchez Bugallo. Y tampoco Verea, con Rajoy, quien, tras las truchas de Oroso, degustó con los 'suyos' tortilla, empanada y pulpo.

Si Bugallo tuvo más protagonismo como alcalde, Rajoy pudo ver la 'performance' del Banquete de Conxo en la que se recuerda la historia de una cita clave en el galleguismo: una comida organizada en 1856 por un grupo de intelectuales, entre los que estaban Eduardo Pondal, Aurelio Aguirre, Manuel Murguía y Luis Rodríguez Seoane, y en la que los homenajeados eran obreros y artesanos, servidos a la mesa por los primeros, para reivindicar la libertad e igualdad entre clases sociales.