Rodrigo Paz, originario de Compostela, es el nuevo presidente de Bolivia tras la segunda vuelta electoral.

El reciente panorama político en Bolivia ha tomado un rumbo significativo tras la elección de Rodrigo Paz Pereira como nuevo presidente, representando al Partido Demócrata Cristiano (PDC). En la segunda vuelta electoral, obtuvo un 54,6% de los votos, superando al expresidente Jorge Tuto Quiroga, quien logró un 45,4%. Esta decisión marca un hito importante en la historia política boliviana.
Paz Pereira, nacido en 1967 en Santiago de Compostela durante el exilio de su familia, es hijo de Jaime Paz Zamora, un expresidente del país, y de Carmen Pereira, quien también posee un rico legado familiar a través de su conexión con la pintora 'Aurichu' Pereira. Este trasfondo refleja un vínculo profundo con la historia de Bolivia y sus luchas.
Con más de 3,3 millones de bolivianos apoyándole, Paz Pereira ha conseguido un respaldo que eclipsa a los casi 2,8 millones de votos de Quiroga, según el Sistema de Recuento Preliminar (Sirepre) del Tribunal Superior Electoral de Bolivia, aunque se espera un resultado definitivo en los días siguientes.
Edmand Lara, quien se desempeñará como vicepresidente, no escatimó en celebrar estos resultados y destacó la urgencia de implementar “acciones inmediatas”. Se comprometió a revitalizar la economía, garantizar la disponibilidad de diésel y gasolina, estabilizar los precios de la canasta básica y combatir la corrupción, elementos esenciales que ha prometido abordar en su gestión.
“Estamos ante el amanecer de una nueva era, donde la corrupción e injusticias no tendrán cabida”, afirmó Lara desde Santa Cruz, mientras se preparaba para un encuentro con el nuevo presidente en La Paz. Su mensaje de unidad fue claro: propuso la recuperación de la hermandad entre los bolivianos y un llamado a la reconciliación. “Es el momento de unir fuerzas por el bien de la patria”, subrayó ante la prensa.
Rodrigo Paz, un senador del PDC y parte de una familia con una rica herencia política, desafió las proyecciones hechas por los sondeos al salir triunfante también en la primera vuelta. Su estrategia política muestra un alejamiento tanto del Movimiento al Socialismo (MAS) como del conservadurismo tradicional, planteando soluciones innovadoras para el país.
Con su propuesta de un "capitalismo para todos", Paz ha esbozado planes que incluyen recortes al gasto público, formalización laboral y reformas para fomentar la inversión privada, todo esto sin depender del Fondo Monetario Internacional, postura que contrasta con la de su rival Quiroga. También ha declinado buscar la reelección en futuros comicios.
Esta elección ha marcado un hito en la historia reciente de Bolivia, siendo la primera ocasión desde la instauración de la segunda vuelta electoral en 2009. Las elecciones han estado enmarcadas por el ocaso del MAS después de casi 20 años en el poder y un alarmante desabastecimiento de combustible que ha dominado el debate electoral.
En un contexto de crisis energética, las autoridades tuvieron que colaborar con las empresas energéticas para asegurar que la distribución de los materiales electorales esenciales se llevara a cabo sin problemas, reflejando la magnitud del desafío que enfrenta el nuevo gobierno en este período crucial para la nación.
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