En Galicia, el presidente del Parlamento, Miguel Santalices (PP), ha pedido al diputado socialista Pablo Arangüena que retire la expresión "delincuente motorizado" utilizada en referencia al presidente de la Diputación de Ourense, el popular Manuel Baltar. Esto ha provocado una fuerte discusión en el hemiciclo.

Arangüena pronunció estas palabras durante un debate sobre la mina de San Finx, diciendo: "El presidente de la Diputación de Ourense, delincuente motorizado, el señor Baltar, considera que es normal ir a 215 kilómetros horas en domingo en coche oficial, aún no sabemos a dónde". Además, agregó: "Como considera normal que ni dimite ni lo dimiten a pesar de haber cometido un delito contra la seguridad viaria de manual".

Arangüena también se refirió a algunos audios recientes del hermano de Baltar, difundidos por el diario Público, para decir que "en Ourense la familia Baltar tiene montado un auténtico sistema hereditario de latrocinio de la provincia".

Al finalizar el debate de esta iniciativa, Santalices pidió a Arangüena que retirara sus palabras sobre Baltar por "atentar contra su dignidad". El diputado socialista respondió diciendo que "no sé a qué se refiere, no esperará que me acuerde de todo lo que dije".

Santalices argumentó que Arangüena no puede llamar "delincuente a una persona que no está presente en esta sala". Arangüena aceptó retirar "solamente la parte de delincuente" si no había dicho "presunto", pero mantuvo que Baltar es un "presunto delincuente".

En cuanto a las protestas de la oposición, Santalices les señaló que eso "les puede pasar" a cualquiera de ellos otro día, llamando a "respetar la dignidad y trato a todas las personas". También respondió a las quejas de miembros de la oposición de la Mesa del Parlamento diciendo que ese órgano "tiene que ser institucional" y que "tampoco se trata de provocar a la presidencia”.

Luego, Leticia Gallego (PSdeG) se quejó de que en la Cámara gallega "se le llamó de todo" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "y no está presente", sin que hubiera una intervención de la presidencia.

Santalices aseguró que "nunca permitiría que a un presidente del Gobierno le llamasen delincuente" y zanjó la discusión sobre este tema.