La organización ‘A Colectiva Eco-artística Riquiñas en Acción’ (RAKA) ha colocado una escultura de una ‘caca’ gigante en la desembocadura del río Miñor para denunciar la contaminación en la marisma, que según ellos “se está convirtiendo en una cloaca”. Esta zona solía ser famosa por la cría de berberechos y coquinas, pero los niveles de contaminación han obligado a las autoridades a prohibir la extracción de moluscos para consumo humano. Actualmente, solo se puede extraer en determinadas áreas para cebo.
Con motivo del 50º aniversario del Día Mundial del Medio Ambiente, RAKA ha instalado la escultura en las inmediaciones del puente de A Ramallosa, punto de encuentro de tres municipios en el Val Miñor, para alertar sobre el estado de la marisma. Según la organización, la UE reconoció que uno de los focos de contaminación que afecta al estuario se sitúa en la estación depuradora de Gondomar, cuya capacidad no puede tratar todo el caudal de aguas fecales y pluviales que recibe. Esto provoca desbordamientos que acaban en el estuario y en el mar.
Otro problema en Baiona es un regato que vierte a la marisma frente a un supermercado de Sabarís y el olor insoportable a aguas fecales en la zona de Santa Marta. En Nigrán también hay pequeños regatos que vierten desde el paseo de A Ramallosa y la zona del puente, situaciones que se agravan en verano cuando la población del Val Miñor llega a triplicarse.
La escultura para denunciar estos hechos está hecha en un 99% con materiales biodegradables y ha sido diseñada por diferentes artistas que buscan la reflexión y la complicidad de la ciudadanía a través de estas acciones. Según RAKA, esta obra es una llamada de atención a los gobernantes para que tomen medidas y busquen una solución conjunta y responsable. A pesar de la gravedad de la situación, aún se está a tiempo de recuperar el estuario, pero debe hacerse ya.
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