En la jornada del 29 de agosto, la Consellería do Medio Rural de Galicia ha confirmado que, hasta el momento, no hay incendios activos en su territorio, según la última actualización disponible. Desde el mediodía del jueves, la región ha conseguido estabilizar una situación crítica tras semanas de fuegos devastadores, particularmente en la provincia de Ourense.

De los 11 incendios que aún no han sido extinguidos, dos han logrado estabilizarse. Uno de ellos es el fuego en A Pobra do Brollón, en Lugo, que comenzó el lunes en la parroquia de Abrence, afectando aproximadamente 900 hectáreas. El segundo se localiza en Avión, Ourense, cuyo origen se sitúa en la parroquia de Nieva y que ha afectado cerca de 250 hectáreas.

En contraste, otros nueve incendios se encuentran bajo control, todos ellos en la provincia de Ourense. Uno de los últimos en ser controlados fue el incendio de Carballeda de Valdeorras, que comenzó en la parroquia de Casaio y arrasó cerca de 5.000 hectáreas al trasladarse desde Porto, en Zamora, cruzando la frontera hacia Ourense, afectando áreas en las montañas de Trevinca.

Entre los incendios más significativos de esta ola de fuegos, que han marcado un hito en la historia gallega en términos de extensión, se encuentran el de Larouco, que consume 30.000 hectáreas y afecta a diez localidades tras originarse en Seadur. También destacan los incendios de Chandrexa de Queixa y Vilariño de Conso, que abarcan 19.000 hectáreas, donde el foco en Vilariño está estabilizado y los incendios en Chandrexa se encuentran controlados.

Además, se mantienen controlados otros importantes incendios en la provincia de Ourense, incluyendo los de Oímbra-Xinzo de Limia con 17.000 hectáreas, A Mezquita con 10.000 hectáreas, Carballeda de Avia-Beade con 4.000 hectáreas, y otros de menor proporción como el de Vilardevós-Vilar de Cervos (900 hectáreas), Montederramo (120 hectáreas) y Maceda (3.500 hectáreas).