El pasado 12 de octubre, la Guardia Civil del puesto de A Laracha, en la provincia de A Coruña, llevó a cabo una intervención en la localidad de Caión. En esta operación, se incautaron 11 kilogramos de pulpo a un furtivo.

Todo empezó cuando los agentes, que estaban realizando un servicio de prevención del furtivismo y vigilancia de la costa, avistaron una boya de pesca submarina a unos 40 metros de la costa en la zona de A Curviña en Caión. Lo curioso es que se trataba de un día inhábil para este tipo de práctica, por lo que levantaron sospechas.

Los guardias civiles decidieron esperar y poco después interceptaron a la persona que estaba pescando, justo cuando se disponía a cambiarse junto a su vehículo. Durante el proceso de identificación, se le informó de que no podía realizar pesca submarina los días de semana. Sin embargo, el individuo afirmó haber adquirido el traje días antes y estar probándolo, justificando su actividad.

Durante el reconocimiento de la zona por parte de los agentes, se encontraron varios pulpos abandonados, con la cabeza dada la vuelta para que murieran. Uno de ellos era más pequeño de lo permitido por la normativa y también había una sepia aún viva, pero herida por el arpón.

Cuando se le solicitó la correspondiente autorización administrativa para llevar a cabo esta actividad pesquera, el infractor indicó no poseerla.