Crónica Galicia.

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Mujer víctima de agresión sexual en Vigo declara: “No tengo que avergonzarme”.

Mujer víctima de agresión sexual en Vigo declara: “No tengo que avergonzarme”.

Un hombre se enfrenta a una pena de 10 años de cárcel tras ser acusado de un delito de agresión sexual, en un caso que ha sido objeto de debate en la Audiencia Provincial de Pontevedra, la cual sesionó este miércoles en Vigo. La acusadora ha mantenido su versión de los hechos, mientras que el acusado alega que todo fue consensuado por ambas partes.

El implicado, A.V.E., relató al tribunal que conoció a la denunciante a través de la aplicación de citas Tinder, donde intercambiaron mensajes de manera ocasional. Según su testimonio, el primer encuentro físico tuvo lugar a finales del verano de 2021, seguido posteriormente por una nueva cita el 31 de mayo de 2022 en la casa de su madre en Vigo, en la que no había nadie presente.

Durante la velada, A.V.E. detalló que ambos estaban 'charlando' y viendo un partido de tenis, y en un momento dado, iniciaron un coqueteo en el sofá que culminó en actos sexuales. En su versión, la mujer realizó sexo oral y también intentaron mantener relaciones sexuales anales, aunque la intentona fue frustrada debido a su incomodidad, volviendo a proceder con sexo oral posteriormente.

El acusado afirmó que al regresar a donde se habían citado, no notó ninguna incomodidad en la mujer, insistiendo en que todo lo ocurrió fue por consentimiento mutuo y en un ambiente de complicidad. Además, A.V.E. admitió que se despidió de forma algo fría, lo que podría haber llevado a la mujer a sentirse decepcionada, como según sus palabras, esperaba más de la cita.

Desde la otra perspectiva, la mujer ha ofrecido su relato ante el tribunal sin mirar al acusado, quien se encontraba separado del resto de la sala. Ella confirmó que conoció a A.V.E. a través de Tinder y que su primera cita había sido simplemente para tomar algo en un café. Sin embargo, en la noche en cuestión, cuando llegaron a la casa familiar, sus intenciones eran compartir algunas cervezas y ver televisión, pero la situación se tornó violenta rápidamente.

La denunciante relató que en el sofá, el hombre la agarró fuertemente del cuello y forzó una felación, mientras la sometía. Intentó oponerse diciéndole que estaba en su periodo menstrual, pero el acusado la llevó al baño, donde, según su relato, la situación se volvió aún más angustiante, llegando a pensar que podría asfixiarse. Una vez consumado el acto, él le explicó que eso era lo que le gustaba, dejándola temblando y llorando.

Ella describió haber sentido un intenso miedo y un estado de shock que la paralizó, por lo que no logró huir ni pedir ayuda en ese momento. A lo largo de su salida del domicilio, el acusado le preguntó repetidamente si estaba bien, aunque la mujer interpretó sus palabras como una amenaza, temiendo que pudiera represalias si hablaba.

A pesar de que compartió su experiencia con amigos y su madre, la denunciante se mostró reticente a formalizar una denuncia ante las autoridades por temor a represalias y por la dificultad de revivir lo que había sucedido. “Solo quería dejarlo atrás”, afirmó, añadiendo que no siente vergüenza alguna por lo ocurrido.

Conforme a su testimonio, el episodio la afectó profundamente, interrumpiendo su preparación para un trabajo de fin de máster y unas oposiciones. Actualmente, continúa bajo tratamiento psicológico, expresando que su vida ha cambiado drásticamente desde entonces. “Soy otra persona ahora, llevo tres años sin poder seguir adelante”, lamentó.

En el juicio, varios amigos de la víctima corroboraron su relato, indicando que ella se comunicó con ellos inmediatamente después del suceso, describiendo lo que vivió como un “horror”. Adicionalmente, compartieron que tuvieron que convencerla para que buscara atención médica y formalizara la denuncia, ya que ella estaba muy asustada por posibles represalias por parte de A.V.E.

La fiscalía y la acusación particular consideran al procesado culpable del delito de agresión sexual, solicitando una condena de 10 años de prisión, mientras que la defensa aboga por su absolución total.