El Resurrection Fest ha emitido una declaración crucial en la que reafirma su autonomía frente al reciente clamor de artistas que han decidido no participar en eventos apoyados por el fondo estadounidense KKR. Este fondo, conocido por sus intereses proisraelíes, tiene una relación de propiedad compartida con la firma CVC sobre Supestruct Entertainment, que organiza numerosos festivales destacados en el país, entre ellos el propio Resurrection Fest desde 2022.

Ante la creciente presión y la negativa de varios músicos a actuar en festivales con este tipo de patrocinio, el evento, que se lleva a cabo en Viveiro, Lugo, ha utilizado sus plataformas digitales para aclarar las "graves acusaciones" que han surgido y que, según ellos, carecen de fundamento.

En su declaración, el festival condena enérgicamente la violencia dirigida contra el pueblo palestino, expresando su solidaridad y calificando la situación como una "crisis humanitaria". Subrayan que se unen a las voces que piden el cese de dicha situación crítica.

Contrario a las insinuaciones que circulan, el Resurrection Fest niega rotundamente que esté enviando recursos para fomentar conflictos bélicos. En su mensaje, explican que, al igual que muchos festivales y eventos culturales globales, el festival cuenta con socios externos que garantizan su viabilidad en un contexto económico cada vez más desafiante.

Después de la pandemia, en 2022, Resurrection Fest formó una alianza con Supestruct, una plataforma de festivales independientes que cuenta con una variada gama de socios internacionales. Entre ellos se encuentra KKR, que tiene participaciones en numerosas empresas, tanto dentro como fuera de España.

El festival enfatiza su distancia con respecto a las acciones de los inversores de sus socios, asegurando que, aunque existen relaciones comerciales, la organización del evento sigue siendo completamente independiente y que estos inversores no tienen influencia en su gestión.

Asimismo, destacan que el festival está respaldado por empresas locales gallegas que conservan la autonomía en su dirección y toma de decisiones desde su inicio. El equipo del Resurrection Fest está formado por más de 1,000 trabajadores, directores, proveedores y artistas que representan a más de 40 países, contribuyendo de manera indiscutible al impacto cultural y social tanto en la región como en el país entero.