En una tensa sesión del pleno en el Ayuntamiento de Vigo, celebrada el pasado jueves, el PSOE logró la aprobación de una moción que respalda la ampliación de la A-52 a través de un túnel en línea con el proyecto del Gobierno central. Este acuerdo se alcanzó únicamente con los votos favorables de los socialistas, mientras que tanto el PP como el BNG se opusieron rotundamente a la iniciativa, desatando un ambiente de protestas por parte de los vecinos de Bembrive.
La reunión comenzó a las 09:00 horas, cuando se debatió la urgencia de la moción entre un público que llenaba por completo el recinto. Los representantes del PSOE defendieron que este tema no merecía ser tratado como una simple moción, ya que consideraron que es fundamental para el futuro de la ciudad.
El BNG se pronunció en contra, acusando al alcalde Abel Caballero de utilizar el pleno como un mero espectáculo, mientras que los representantes del Partido Popular lamentaron que el gobierno local hubiera rechazado previamente una moción sobre la ampliación de la A-52 que proponía un nuevo trazado y el levantamiento del peaje de la AP-9 entre Vigo y O Porriño hasta que se completara dicha construcción.
Durante el desarrollo del debate, el concejal del PSOE, Carlos López Font, destacó que la autovía hacia O Porriño es una "exigencia histórica" para la ciudad y criticó a BNG y PP, quienes, según él, buscan prolongar el proceso otros 30 años. Además, afirmó que su bancada está a favor de la eliminación del peaje de la AP-9, manifestando que la liberalización de la ruta entre Vigo y O Porriño no sería efectiva.
Las protestas de los vecinos de Bembrive se intensificaron durante el debate, pero se calmaron cuando Font concluyó su intervención, dando paso al concejal del BNG, Xabier Pérez Igrexas. Este último descalificó la moción del PSOE, considerándola un "delirio", y subrayó que el proyecto gubernamental encuentra el rechazo de la comunidad afectada.
Igrexas extendió su crítica no solo a la ampliación de la A-52, sino también al proyecto del vial PO-010, que atraviesa zonas rurales. Por parte del PP, Luisa Sánchez recordó que en 2018 el pleno aprobó por unanimidad un acuerdo a favor de la ampliación de la A-52, que incluía la eliminación del peaje de la AP-9 como alternativa temporal.
En respuesta, Font contraatacó, insistiendo en que dicha moción anterior estaba relacionada con los contratiempos en las obras de la A-55, lo que provocó el griterío de los concejales del PP, quienes alegaban que estaba mintiendo, ya que la moción sí mencionaba la cancelación del peaje. La acalorada discusión también desencadenó nuevos gritos desde la manifestación afuera, donde los vecinos exigían respeto por Bembrive.
Al finalizar el debate, la votación resultó favorable al PSOE, mientras que PP y BNG mantuvieron su rechazo. La iniciativa no solo confirmó el respaldo a la ampliación de la autovía, sino que también instó al Gobierno a revisar las objeciones de los vecinos, demandando además que los populares, incluyendo a Sánchez, pidan disculpas a Vigo por su oposición al proyecto y por haber atribuido la responsabilidad de la A-55 al alcalde, quien en su día ocupaba el cargo de ministro de Transportes.
Sin embargo, al concluir la sesión, la atmósfera se tornó incontrolable cuando Igrexas sugirió al alcalde que abandonara el salón. La situación generó una serie de reproches, principalmente entre los concejales socialistas y el nacionalista, creando un ambiente de confrontación en el que se escucharon acusaciones de falta de educación.
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