Una mujer de 36 años fue encontrada sin vida en un piso del barrio compostelano de Fontiñas, donde los vecinos habían denunciado la presencia de consumidores de drogas durante varios meses. Ante los problemas en el edificio, la comunidad envió una queja al Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS), ya que el inquilino recibía una ayuda para el alquiler por parte de la Xunta.
El inquilino, que había sido beneficiario del 'Bono de alugueiro social' gestionado por el IGVS, ya no recibía esa prestación. Los vecinos pedían que se le retirara la ayuda debido al uso que hacía de la vivienda.
El IGVS respondió a la comunidad que no tenía competencia para intervenir en casos relacionados con el tráfico de drogas, ya que se trata de un asunto de seguridad ciudadana y la vivienda es de propiedad privada.
El propietario del piso ya había denunciado la situación a la policía y fue este miércoles cuando los agentes acudieron al lugar tras recibir una llamada alertando del olor que procedía de la vivienda. Dentro del inmueble encontraron a la mujer fallecida.
Vecinos consultados señalaron que desde hacía varias semanas no había actividad en el piso, que era un tercero en el número 9. Algunos de ellos habían presentado quejas al IGVS y afirmaron que era previsible que el conflicto terminara así debido al comportamiento de los ocupantes.
Además, la comunidad había contratado a un guardia de seguridad que estuvo en el edificio durante aproximadamente un mes. Los vecinos habían intentado buscar una solución entre el propietario, la comunidad y la asociación de vecinos de Fontiñas pero no habían logrado resolver la situación.
Según la Xunta, el piso donde ocurrieron los hechos no está registrado en el IGVS y la vivienda es propiedad de un particular que la tenía alquilada. Aunque el inquilino recibía el bono de alquiler social, actualmente ya no percibe esa prestación.
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