Crónica Galicia.

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Inicia la temporada crítica de incendios en Galicia, pronosticando un verano caluroso.

Inicia la temporada crítica de incendios en Galicia, pronosticando un verano caluroso.

La Xunta de Galicia establece un ambicioso objetivo para esta temporada: limitar la superficie quemada a menos de 18.555 hectáreas, en un contexto donde las parroquias con mayor riesgo de incendios se reducen a 26.

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 29 de junio.

La llegada del periodo crítico para los incendios forestales iniciará el próximo 1 de julio y se extenderá hasta finales de septiembre. Según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), este verano será "más cálido de lo habitual" en la región gallega.

Para afrontar esta complicada etapa, Galicia contará con la colaboración de unos 7.000 profesionales, además de un equipamiento que incluye alrededor de 30 aeronaves y 380 motobombas.

En este sistema de prevención, se mantendrán 30 aeronaves desplegadas, de las cuales 20 son de la Xunta, distribuido en 14 helicópteros y 6 aviones, mientras que entre 9 y 10 aeronaves serán aportadas por el Estado, de las que cinco serán aviones.

El equipo aéreo de la Xunta se configurará con 112 trabajadores, una reducción respecto a los 124 de 2024. En contraposición, el contingente del Estado aumentará a 65 efectivos, cifra que era de 59 el año pasado.

El plan antidincendios (Pladiga) de este año incluye un total de 5.199 personas que se movilizarán durante la campaña veraniega, lo que representa una ligera disminución de 21 efectivos en comparación con 2024, debido a la reducción en el número de entidades municipales involucradas, de 1.995 a 1.968. Sin embargo, las autoridades mantienen la afirmación de que las intervenciones estarán garantizadas por un total aproximado de 7.000 personas entre diferentes administraciones.

Un notable aporte a la seguridad en los montes gallegos será la participación de 35 patrullas del Ejército, incrementando su presencia en cinco unidades respecto al año anterior, enfocándose en la provincia de Ourense, que históricamente ha sido más afectada por los incendios. Esta Operación Centinela se llevará a cabo entre el 15 de agosto y el 30 de septiembre.

Entre las innovaciones del plan para 2025 destacan la figura de un jefe de logística especializada en grandes incendios, el desarrollo de herramientas para abordar fuegos transfronterizos con Portugal y un refuerzo en la formación del personal.

Este año también se contará con la colaboración de tres equipos procedentes de Países Bajos y Estonia que vendrán a Galicia para aprender y apoyar en las labores del dispositivo contra incendios.

El Pladiga establece como meta que se quemen menos de 18.554,5 hectáreas en 2025, tomando como referencia la media de quemas de la última década, que se sitúa en 15.106 hectáreas al eliminar los datos extremos. Además, la red de videovigilancia se ampliará con 181 cámaras en 90 ubicaciones, incluyendo dos nuevas en As Pontes y Mondariz.

Entre los objetivos generales también se encuentra una reducción de la media de 307 incendios anuales registrados en la última década. Al igual que en años anteriores, se pretende que los incendios que superen las 25 hectáreas no representen más del 2% del total, previendo que aquellos menores a una hectárea constituirán más del 70%. En lo que respecta a los casos críticos donde el fuego pone en peligro viviendas, se busca reducir las activaciones a menos de siete, dado que en 2024 solo hubo una.

En 2024, las hectáreas quemadas sumaron 2.644,7, estableciendo un mínimo histórico de 755 fuegos, lo que representa aproximadamente 4.000 hectáreas menos que en 2023, cuando el total alcanzó las 6.749. Las cifras más alarmantes se registraron durante las temporadas de 2017 (62.096 hectáreas) y 2022 (51.643 hectáreas).

Por otra parte, el Pladiga incorpora objetivos específicos para este año, como una revisión de los planes municipales de prevención de incendios que están pendientes de aprobación, el desarrollo de acuerdos para el establecimiento de brigadas de prevención en comunidades locales durante la mitad del año, avanzar en el anteproyecto de una ley integral contra incendios y la adquisición de seis máquinas hidrostáticas multifuncionales que servirán tanto para desbroce como para la extinción de incendios.

A partir de 2025, el personal laboral fijo discontinuo dedicado a la prevención de incendios trabajará durante ocho meses al año, con un aumento a nueve meses previsto para 2026.

En un dato alentador, las parroquias clasificadas como de alto riesgo de incendio se reducirán a 26 este año, bajando desde las 40 del año anterior. Por provincias, Ourense lidera la lista con 17 parroquias, seguida de Pontevedra con 5 y A Coruña con 4. Notablemente, Lugo no contabiliza ninguna parroquia en esta categoría tras la exclusión de Folgoso.

Las parroquias en alto riesgo se definen como aquellas que, en el último lustro, han visto una media de siete fuegos anuales o más, o que han experimentado al menos dos incendios que superen las 200 hectáreas en la última década.

Entre las 16 parroquias que serán eliminadas de esta lista en 2025 se encuentran: Ribasieira, Porto do Son; Meiraos, Folgoso do Courel; Castro de Escuadro, Maceda; Padrenda; Casaio, Carballeda de Valdeorras; Queixa, Chandrexa de Queixa; Cernado, Manzaneda; A Xironda, Cualedro; Camba, Laza; Chaguazoso, A Mezquita; Bousés, Oímbra; Grixoa, Viana do Bolo; Sabuguido, Vilariño de Conso; Vilamaior da Boullosa, Baltar; Saiar, Caldas de Reis, y Poio.

Por otro lado, las parroquias que ingresan a la lista de alto riesgo son Requeixo, en Chandrexa de Queixa, y Pontellas, en O Porriño.

Finalmente, la Consellería de Medio Rural planea llevar a cabo un total de 250 quemas preventivas en 2025, cubriendo una superficie de 1.437 hectáreas, la cifra más alta desde la implementación de estas medidas para prevenir incendios forestales.