Crónica Galicia.

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La Cámara abordará el lunes el presupuesto de la Xunta para 2026, en medio de reproches de la oposición por el cronograma.

La Cámara abordará el lunes el presupuesto de la Xunta para 2026, en medio de reproches de la oposición por el cronograma.

Este viernes, el Consello de la Xunta aprobará un documento clave que será enviado al Parlamento, donde se debatirá durante una sesión plenaria el próximo lunes a las 13:00 horas. Este encuentro se presenta como una oportunidad crucial para discutir el techo de gasto.

El orden del día fue establecido este martes en una reunión de la Xunta de Portavoces, donde los partidos de la oposición expresaron su descontento por la falta de tiempo, acusando al Gobierno gallego de no proporcionar la información necesaria para un análisis exhaustivo antes del debate, dejando solo el fin de semana para prepararse.

Cristina Sanz, viceportavoz del grupo mayoritario, defendió que la aprobación del techo de gasto para los presupuestos autonómicos de 2026 es un paso indispensable. Según Sanz, esto asegurará que Galicia disponga de un presupuesto adecuado desde el inicio del año, lo que permitirá al Gobierno continuar su labor institucional.

La representante del PPdeG destacó que, a diferencia de la situación en Galicia, el Gobierno español carece de la certeza necesaria para presentar sus presupuestos. Criticó la insistencia del presidente Pedro Sánchez en anunciar un plan sin tener el respaldo suficiente para llevarlo al Congreso.

Sanz argumentó que la falta de apoyo político es evidente y que el Gobierno de Sánchez parece más centrado en esquivar la corrupción que en tener un proyecto político claro. La incertidumbre que reina en el Gobierno español contrasta con la estabilidad que busca ofrecer el Ejecutivo gallego.

Los partidos BNG, PSdeG y Democracia Ourensana coincidieron en su crítica al Partido Popular por convocar el pleno sin haber proporcionado la documentación preliminar esencial para su análisis. Olalla Rodil del BNG señaló que este proceder pone en evidencia el desprecio hacia la separación de poderes y la transparencia en la gestión.

Rodil, además, previó que el conselleiro Miguel Corgos repetirá la narrativa habitual de un presupuesto "histórico", pero subrayó que esto oculta problemas más profundos relacionados con la injusticia del actual sistema de financiación, que perjudica a la comunidad gallega.

La nacionalista insistió en que lo adecuado sería que la Xunta se comprometiera a renegociar con el Estado un modelo de financiación más equitativo en lugar de ceder constantemente a las directrices de Madrid. Criticó también que, a menudo, lo que se aprueba en los presupuestos no se ejecuta de manera efectiva.

Elena Espinosa, del PSdeG, agregó su crítica, manifestando que es inaceptable que los parlamentarios no dispongan del documento necesario para el debate en un plazo razonable. Recordó que no se pueden discutir el techo de gasto sin analizar el contexto del gasto actual, haciendo referencia a un informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal que señala el incumplimiento de la regla de gasto en Galicia.

Espinosa enumeró varios años en que Galicia ha incumplido esta regla, alertando sobre la falta de medidas preventivas para futuros años. En su opinión, la falta de planificación de la Xunta refleja una dirección errática que afecta a servicios públicos esenciales, como la sanidad.

Criticó también la actual gestión de recursos, afirmando que mientras el PP promueve recortes fiscales para ciertos grupos, los servicios públicos sufren por falta de personal y recursos. Resaltó que el Estatuto Marco para personal sanitario aún no se aplica realmente, lo que evidencia una falta de prioridades del Gobierno gallego.

Armando Ojea, de Democracia Ourensana, se unió a estas críticas, señalando que el tiempo otorgado para analizar un documento de tal importancia es prácticamente insuficiente. Cuestionó la eficacia del proceso legislativo actual y la falta de respeto que implica para el trabajo de los parlamentarios.

Frente a las críticas, Sanz defendió que el análisis durante un fin de semana es un precedente que se ha cumplido en años anteriores, argumentando que el trabajo no se limita a días laborables. Afirmó que la preparación para el pleno es un deber que debe cumplirse independientemente del calendario.