A CORUÑA, 4 de agosto. Un grupo de aproximadamente treinta personas se reunió ayer frente a la Casa Cornide de A Coruña en una manifestación que coincidió con su inauguración como Bien de Interés Cultural (BIC). Los asistentes exigieron la "devolución" del emblemático inmueble al patrimonio público, en respuesta a los requerimientos de la Xunta de Galicia.

Armados con pancartas que proclamaban "Devolución de la Casa Cornide al pueblo de A Coruña. Franquismo Nunca Más" y "Devuelvan todo lo robado", los manifestantes solicitaron al Ayuntamiento local que active medidas para rescatar la propiedad y que organice protestas dirigidas a exigir la salida de la familia Franco de la Casa.

Manuel Monge, presidente de la organización Defensa do Común, lideró la protesta y brindó declaraciones a la prensa, reiterando su compromiso con la causa que lleva años persiguiendo. Su objetivo es que la Casa Cornide, que fue adquirida en la década de 1960 por la familia Franco, vuelva a ser propiedad de la ciudad.

Monge explicó que el inmueble originalmente pertenecía al Ayuntamiento y fue transferido a Carmen Polo, esposa del dictador Francisco Franco, tras una subasta. Asimismo, detalló que Pedro Barrié de la Maza compró la casa por 305.000 pesetas y, apenas unos días después, la revendió a los Franco por tan solo 25.000 pesetas, sin que haya documentación que sustente un pago real.

Los asistentes a la protesta hicieron eco de sus inquietudes a través de un escrito dirigido a los medios de comunicación, reafirmando su demanda de que se restituya la propiedad y que se revoquen los homenajes a individuos que, según consideran, jugaron un papel crucial en lo que Defensa do Común califica como un "expolio".

En cuanto a las visitas guiadas al inmueble, Monge consideró que las primeras jornadas están "gestionadas" de manera que rápidamente se anunciaron como llenas para todo el mes de agosto, justo después de que se abrieran las reservas. Propuso que se aumente la frecuencia de las visitas a al menos tres por semana y que cada grupo cuente con quince visitantes, sugiriendo que esta tarea debería ser responsabilidad del Ayuntamiento de A Coruña.