"Sobreviviente de Velle relata su horror: 'Aperturé la puerta y de inmediato sentí el cuchillo en mi abdomen'"
La evidente serenidad y frialdad del agresor ha sido un punto destacado por la víctima, quien ha asegurado que su primo mostraba una actitud "tranquila y cuerda" en el momento del ataque.
OURENSE, 19 de noviembre.
En la Audiencia Provincial de Ourense se ha llevado a cabo la segunda jornada del juicio relacionado con el crimen ocurrido en Velle. En esta ocasión, el testimonio del único superviviente del ataque, quien fue apuñalado por su primo el 19 de febrero de 2021, ha captado la atención del tribunal. La víctima relató que, al abrir la puerta, se encontró de inmediato con un cuchillo incrustado en su abdomen.
El joven, que ha contado su experiencia durante la audiencia, detalló cómo esa fatídica noche transcurrió de manera habitual junto a su pareja, con quien había estado conviviendo durante ocho meses. Después de una jornada laboral, compartieron la cena y se dispusieron a descansar. En la madrugada, recordó que oyó un sonido proveniente de la puerta y una voz familiar pidiendo ayuda, lo que lo llevó a pensar que algo había sucedido con su coche aparcado en una pendiente.
Al abrir la puerta y mirar a los ojos de su primo, se sorprendió al sentir, en un abrir y cerrar de ojos, el cuchillo en su abdomen. “Entré en estado de shock y todo parecía detenerse como si fuera una película”, describió la víctima, quien no pudo ser testigo del ataque a su novia, pero sí escuchó sus súplicas al agresor para que se detuviera.
La joven fue apuñalada en 17 ocasiones y no sobrevivió. Sin embargo, el superviviente logró arrastrarse hasta un teléfono móvil para solicitar ayuda. “Vi mi cuerpo cubierto de sangre y entendí que podría ser el siguiente”, expresó antes de relatar que al llamar a su padre, se despidió de sus familiares, creyendo que no saldría con vida. "Ese día entendí lo que era el verdadero dolor”, añadió con voz temblorosa.
Durante la angustiosa llamada, no solo reveló la identidad del atacante, sino que también dejó escrito su nombre con su propia sangre en el suelo. “Quería que se supiera quién fue el culpable, tanto por mí como por Ana”, afirmó Álvaro, dejando claro que no dudaba de la plena capacidad mental de su agresor, quien apareció en su puerta con una actitud serena. Considera que, si el agresor hubiera actuado de forma más hostil, no habría abierto la puerta.
El joven enfatizó que las relaciones entre ambas familias eran cordiales; de hecho, su padre había invitado al acusado a cenar días antes y su novia le había prestado dinero, que este devolvió poco después. A raíz del ataque, Álvaro permaneció 13 días en coma y un total de 70 días en el hospital, tras los cuales despertó con el pesar de que su madre le comunicó la muerte de su novia.
“Temía no volver a ser el mismo", manifestó, temiendo convertirse en una carga para sus padres. Tuvo que aprender nuevamente a caminar y recibió tratamiento para numerosas heridas, resultando en un total de 140 puntos en su cuerpo. Los recuerdos lo persiguen, y ha admitido lidiar con una tristeza y ansiedad que no cesan, confirmando que no se encuentra bien, lo cual conmovió a muchos presentes en el juicio.
En la sala judicial, el padre de la víctima fue el primero en prestar su testimonio al llegar tras la llamada de su hijo. Al acceder al domicilio, encontró a su hija ya sin vida y a su hijo en un estado crítico. “Había sangre por todas partes, mi hijo me dijo que estaba ‘muy mal’ y traté de cubrirlo con una manta aunque no había nada que hacer”, recordó con desgana.
El progenitor, al igual que su hijo, aseguró no tener conocimiento previo de problemas mentales en el acusado, encontrando como única motivación posible un acto de envidia. La madre de la víctima continuó la llamada telefónica con su hijo mientras su marido se preparaba para ayudarlo. “Él me pasaba el teléfono y solo podía decirme ‘mamá, te quiero’”, recordó con lágrimas en los ojos.
La experiencia en el hospital fue devastadora, y la madre tuvo que afrontar el complicado proceso de comunicar a su hijo la brutal realidad de lo sucedido. “Estuvo muy grave y luchar con su dolor era nuestro día a día”, expresó, resaltando que la incertidumbre todavía persiste sobre el futuro de Álvaro.
Además, se escucharon los testimonios de la familia de Ana, cuyo padre recibió la devastadora noticia por parte de la Guardia Civil sobre la muerte de su hija en un “altercado”. Desde entonces, ha luchado contra la angustia y el dolor que le ha generado esta tragedia, comentando que sus relaciones familiares se han visto alteradas permanentemente por la pérdida.
La madre de Ana recuerda el día de la tragedia con gran tristeza, al escuchar a su esposo romperse al darle la noticia. “Esa mañana había hablado con ella por videollamada y nunca antes la había visto tan feliz”, contó con profunda tristeza, afirmando que la pérdida de su hija ha devastado a toda la familia. “Ese día mataron a mi hija, pero también nos mataron a todos nosotros”, concluyó, agradeciendo que Álvaro siga con vida para contar su versión de los hechos.
Durante esta sesión también declararon cuatro psiquiatras del hospital de Ourense, quienes evaluaron al acusado. Uno de ellos mencionó que este era "consciente de lo delictivo" de sus actos, indicando que su discurso parecía ensayado y poco genuino cuando se tocaba el tema del crimen. Otra profesional observó que el imputado tenía dificultades para verbalizar sus pensamientos y manifestó un “tinte paranoide” que requeriría intervención médica continua para disminuir tales ideas. El juicio continúa, con la siguiente sesión programada para presentar pruebas periciales relevantes.
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