El debate sobre la sostenibilidad y el cumplimiento de normativas medioambientales se intensifica tras la reciente decisión del Ministerio de Industria respecto al proyecto de Altri en Palas de Rei, Lugo. Este proyecto, que implica la construcción de una fábrica de fibras textiles a partir de celulosa, ha obtenido una calificación alarmantemente baja en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (Perte) de Descarbonización Industrial.
Con una puntuación de tan solo 24,39 puntos, el proyecto de Altri se posiciona como el segundo peor evaluado, solo superando al de Fraga, que apenas alcanzó 16,7 puntos. En este contexto, cabe señalar que los cinco proyectos seleccionados por las autoridades obtuvieron más de 40 puntos, lo que pone en evidencia la gran distancia entre estas propuestas y la de Altri, que había solicitado 30 millones de euros dentro de un plan de inversión total de 1.092 millones.
Entre las razones esgrimidas por el Ministerio para rechazar la financiación, destaca que la fecha de finalización del proyecto excede el plazo establecido hasta el 31 de marzo de 2026. Además, se critica el uso de combustibles fósiles en las operaciones de la nueva planta, algo que contraviene las exigencias de sostenibilidad que establece la normativa vigente, que prohíbe su uso excepto durante el arranque de la instalación.
Asimismo, el proyecto de Altri no logró alcanzar el umbral mínimo de siete puntos en cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero evitadas, logrando únicamente tres puntos en este criterio ambiental. Esto confirma la falta de viabilidad del proyecto desde el punto de vista medioambiental, un aspecto crítico en el contexto actual donde la sostenibilidad es cada vez más prioritaria.
Ante esta situación, Altri ha anunciado su intención de apelar la decisión del ministerio, asegurando que su plan continuará adelante, a pesar de la falta de apoyo económico. Las entidades que solicitan estas ayudas tienen diez días hábiles para presentar alegaciones, y es probable que el caso de Altri no sea el único que genere controversia en el futuro cercano.
Por otro lado, Greenfiber, la división de Altri, argumenta que su proceso de producción contribuirá a una reducción del 91% en las emisiones de CO2 en comparación con métodos convencionales. Además, destacan que utilizarán madera proveniente de la región, lo que significaría trayectos de transporte más cortos y, por ende, menos emisiones de CO2 asociadas al transporte de materias primas.
La Plataforma Ulloa Viva ha manifestado su preocupación ante estos criterios de exclusión, calificándolos de "cruciales" y advirtiendo que podrían influir negativamente en la concesión de futuras ayudas europeas. Según esta organización, la decisión refleja una falta de cumplimiento con estándares básicos en cuanto al uso de combustibles fósiles y la gestión de emisiones de gases de efecto invernadero.
Ulloa Viva ha señalado que el rechazo al proyecto de Altri subraya una necesidad urgente de cumplir con exigencias específicas para acceder a financiación pública, un aspecto que podría determinar el éxito o fracaso de otros proyectos en el futuro.
Además de este caso, se destaca la exclusión del proyecto industrial de Ence en As Pontes, que, a pesar de solicitar 30 millones de euros para un presupuesto de 156 millones, tampoco logró cumplir con los criterios de sostenibilidad establecidos, obteniendo solo 32,6 puntos. Esto evidencia un panorama poco alentador para aquellas iniciativas que no logran alinearse con las estrictas normativas medioambientales actuales.
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