VIGO, 29 de octubre. Un caso de gran impacto en la comunidad ha llevado a la sala de la Audiencia Provincial de Pontevedra a un debate intenso. José Luis M.C., acusado de haber causado la muerte de un conocido en el barrio de Coia en abril del pasado año, se ha presentado ante el tribunal manifestando su pesar por los acontecimientos trágicos que se desencadenaron.

En la jornada de este miércoles, durante su testimonio en el juicio, el acusado explicó que su intención no era acabar con la vida de la víctima al disparar con una escopeta. Según sus palabras, el disparo fue un intento de ahuyentar al agresor, quien supuestamente lo amenazaba con un machete en la mano.

El juicio se encuentra en su fase final y enfrenta a José Luis M.C. con una posible condena de casi 22 años de prisión, aunque la acusación particular está solicitando hasta 23 años y medio. En su intervención, el acusado, que se limitó a responder las preguntas de su defensa, hizo un recuento de una relación que comenzó en la adolescencia pero que, debido a conflictos relacionados con el narcotráfico, se había deteriorado considerablemente.

Recordó que su amistad se inició cuando ambos tenían 14 o 15 años, pero que solo un año antes de los trágicos eventos, empezaron a surgir conflictos. Afirmó que la víctima había comenzado a llevar a personas problemáticas a su hogar y había proferido amenazas por temas de drogas. También mencionó un episodio violento en el que la víctima lo agredió con una barra de metal.

En la fatídica noche del 6 de abril del año anterior, el acusado relató que la víctima llegó a su casa gritándole y exhibiendo un machete, lo que lo llevó a temer por su propia vida y la de su madre, quien se encontraba presente. En un acto de defensa, decidió usar su escopeta. Realizó un primer disparo al suelo como advertencia, que terminó impactando en un vehículo cercano; sin embargo, al ver que la amenaza persistía, hizo un segundo disparo con munición real.

José Luis ha afirmado que su intención con el segundo disparo era desarmar a la víctima, pero este alcanzó la mejilla izquierda y resultó fatal. "Temía que me hiciera daño a mí o a mi madre, debido a su historial violento", aseguró el acusado, describiendo a su amigo como una persona propensa a la agresión y que había enviado mensajes amenazantes justo antes del incidente.

El acusado defendió que su objetivo no era causar la muerte de nadie, enfatizando que deseaba asustar a la víctima para que se marchara. "No lo quería matar, era mi amigo", insistió, y se mostró arrepentido por la pérdida, deseando que su condena en prisión pudiera de alguna manera compensar el sufrimiento de la familia del fallecido.