
En Carral (A Coruña), la política local ha dado un giro significativo con la elección de José Luis Fernández Mouriño como nuevo alcalde, un cargo que ya había ocupado anteriormente entre 2003 y 2019. Su acceso al mando se produjo tras una moción de censura impulsada por los concejales del Partido Popular y dos exediles de Alternativa dos Veciños (AV), que tomaron esta decisión en medio de una creciente tensión en el ayuntamiento.
El pleno, celebrado en un pabellón repleto de ciudadanos y con la presencia de miembros de la formación saliente, fue testigo de un ambiente cargado de emociones y reacciones. Durante la sesión, se expusieron las razones para retirar la confianza al hasta ahora alcalde, Javier Gestal, quien fue señalado por una supuesta falta de diálogo y dificultades en la gestión, aunque tales afirmaciones fueron recibidas con descontento por parte de los asistentes, quienes vociferaron protestas y calificativos despectivos hacia los detractores.
Fernández Mouriño defendió la moción aludiendo a la necesidad de un gobierno estable y asegurando que esta acción busca lo mejor para los ciudadanos de Carral. Afirmó que su intención es actuar de acuerdo con la voluntad del pueblo, negando así que su elección represente un ataque a la democracia en la localidad. Prometió un compromiso total en su gestión, contrarrestando la crítica de que no había un plan claro por parte de la administración saliente.
Por el contrario, el exalcalde Gestal describió el evento como un día sombrío, argumentando que la acción se basa en intereses particulares de aquellos que deseaban su puesto antes de tiempo. Hizo hincapié en su historial y denunció que Fernández Mouriño había transformado al municipio en su “centro de negocios” sin un plan de ordenación urbana en vigor durante su anterior mandato.
En un tono más conciliador, el concejal no adscrito Francisco Bello expresó que su apoyo a la moción tiene como único objetivo el bienestar del municipio, al mismo tiempo que rechazaba los insultos que habían recibido como respuesta a su posición. Durante su discurso, tanto él como su compañera Mercedes Caridad reafirmaron su compromiso con los vecinos de Carral, aunque se encontraron con nuevas protestas por parte del público presente.
Desde el PSOE, la concejala Patricia Blanco se opuso a la moción, recordando que las elecciones del 2023 fueron ganadas por la izquierda. No obstante, criticó las políticas del gobierno saliente mientras advertía al nuevo alcalde que no repitiera los errores del pasado. Por su parte, la portavoz de Alternativa dos Veciños, Rocio Rabuñal, descalificó a los ediles no adscritos, tachándolos de tránsfugas y afirmando que esta moción era fruto de una ambición desmedida por el poder.
Fuera del pabellón, se notó el descontento de los partidarios de Gestal, quienes mostraron pancartas de apoyo al exalcalde y expresaron su desacuerdo con el cambio de liderazgo. Frases como "La moción es de ellos, el pueblo quiere a Javier" resonaron en el ambiente, mientras los partidarios del nuevo alcalde recibieron abucheos y acusaciones de traición a la voluntad popular.
A medida que la sesión avanzaba, el ambiente continuó siendo hostil, con gritos en apoyo a Javier y un aplauso fuerte por parte de quienes todavía creen en su gestión, retratando una clara división en la opinión pública sobre el futuro de Carral.
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