Crónica Galicia.

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Jorge Mira: "El cambio de hora busca una conexión con la naturaleza, no un ahorro energético".

Jorge Mira:

Un prestigioso físico de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) ha rechazado la noción de la llamada 'anomalía horaria española', afirmando que las sociedades tienen la capacidad de adaptarse efectivamente a su entorno. Este argumento fue presentado por Jorge Mira, quien dirige un estudio en colaboración con José María Martín Olalla de la Universidad de Sevilla, defendiendo la práctica del cambio horario como un mecanismo necesario para la sincronización con los ciclos naturales del sol.

En una reciente entrevista, Mira aclaró que la razón detrás del ajuste de horario en primavera y otoño no está relacionada con el ahorro de energía, sino que busca alinear las actividades diarias de las personas con el ciclo diurno del sol. Según él, este sistema no es una invención moderna, sino que data de tiempos históricos; menciona como referencia a los diputados de las Cortes de Cádiz en 1810, quienes ya establecieron normas horarias estacionales en su Constitución, evidenciando una necesidad profundamente arraigada de adaptación.

Según el investigador, abolir el cambio horario sería un grave error. En su estudio, sostiene que el amanecer actúa como el verdadero 'sincronizador' de nuestra vida cotidiana. Mira explica que la hora de salida del sol varía notablemente a lo largo del año, excepto en las zonas tropicales. El cambio estacional de hora, por lo tanto, intenta simular esa variación natural, evitando así desajustes que podrían afectar negativamente nuestras rutinas diarias.

Destaca que si se abandonara el ajuste horario, en ciertas épocas del año, como en junio, la gente se despertaría con un sol ya muy elevado, lo cual podría provocar una exposición excesiva a la luz solar desde primeras horas de la mañana. Mira advierte que esto podría generar serias implicaciones fisiológicas que merecen ser estudiadas.

Con un tono irónico, el físico gallego menciona que aquellos que actualmente critican el cambio de hora probablemente serían los primeros en lamentarlo si se removiera, ya que esto podría dar lugar a nuevos problemas de salud cuya investigación se incrementaría. Subraya que el verdadero problema radica en la falta de divulgación de información basada en principios científicos sólidos.

El investigador también desmenuza los argumentos en contra de la práctica, sugiriendo que muchos de ellos son infundados. Menciona que algunos sostienen que hay un aumento en las muertes debido al cambio de hora, pero al revisar datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (Momo), queda claro que no hay cambios significativos en ese periodo.

La discusión sobre la eliminación del cambio horario ha encontrado eco en ciertos países como Islandia y Finlandia, así como dentro de la Unión Europea, que contempla esta cuestión. Sin embargo, Mira hace notar que esos países, ubicados en extremos geográficos, no enfrentan las mismas variaciones horarias que otros lugares de Europa, complicando aún más la propuesta de un horario fijo.

Al abordar la situación en Estados Unidos, señala que mientras la propuesta de eliminar el horario estacional puede tener sentido en un lugar como Florida, donde la variación solar es mínima, este argumento no se sostiene en el norte del país, donde las condiciones son muy diferentes. Del mismo modo, apunta que en Europa los debates son igualmente complejos y cada país presenta su propio contexto único.

El investigador gallego enfatiza que no existe una 'anomalía horaria española', argumentando que los horarios en España se ajustan de manera lógica a los ciclos solares, al igual que en otros países. Mira argumenta que nuestra sociedad ha encontrado su equilibrio después de múltiples intentos y ajustes, por lo que cualquier alteración podría ser peligrosa.

Por último, Mira expresa su descontento con la falta de rigor en ciertos debates académicos y públicos, comparando la desinformación actual con el 'terraplanismo funcional', un término que utiliza para describir las teorías infundadas que carecen de fundamento científico. Llama a la necesidad de un debate serio, donde todas las voces sean escuchadas y se fomente el intercambio de ideas en lugar del conformismo.